
LaLiga y Telefónica han llevado la persecución de la piratería del fútbol en internet a límites que nadie pensaba que podían alcanzarse. Sus últimas medidas bloqueando direcciones IP de Cloudflare y otros CDN populares, que se comparten con muchos otros servicios legítimos, están afectando a particulares y dañando económicamente a empresas completamente ajenas a la piratería, que bien no pueden acceder a servicios esenciales para su actividad o no pueden recibir las visitas de los usuarios en sus sitios web. Coincidiendo con los bloqueos, se han reportado caídas de visitas en tiendas online de hasta el 30% e interrupciones en servicios de pago críticos como Redsys.