El acuerdo entre las cuatro cableras territoriales para poner en marcha el quinto operador móvil en España no será una línea de negocio más para estas operadoras. La alianza de cableras ha enviado un documento conjunto al Ministerio de Industria en el que vinculan su supervivencia con que se les otorguen frecuencias para competir en igualdad de condiciones con Movistar y Vodafone.
El futuro de las nuevas infraestructuras de red fija de los operadores de cable está en serio riesgo en estos momentos si no existe la posibilidad de complementar los despliegues de red fijos con despliegues para una red móvil
Para las cableras, el mercado de las telecomunicaciones del futuro inmediato será único y convergente, de modo que para el consumidor no habrá diferencias entre una conexión fija o móvil.
Las cableras tienen que competir cada día con ofertas convergentes –que reúnen servicios fijos y móviles– de operadores mixtos. "Esto explica algunos de los movimientos que se vienen observando en el mercado como la incursión de operadores móviles como Vodafone en el negocio fijo a través de la desagregación de pares de cobre y la integración por parte de Telefónica de sus negocios fijo y móvil bajo una única marca, Movistar", aseguran.
Los operadores de red fija, y en particular los operadores de cable, no disponen de espectro para poder desarrollar nuevas redes y competir en igualdad de condiciones con los operadores móviles. En estos momentos en España, cualquier operador puede realizar inversiones en nuevas redes fijas, pero no todo el que quiere invertir puede hacerlo en el mundo de las redes móviles.
La inversión en cable ha sido poco rentable frente al móvil
Desde que se liberaron las telecomunicaciones, las cableras han invertido cerca de 10.000 millones de euros. Sólo durante el periodo 2003-2009 han invertido 5.000 millones de € para el despliegue de la red de cable, una cifra superior a la realizada por cualquiera de los cuatro operadores móviles durante el mismo periodo.
Sin embargo, la inversión de las operadoras móviles ha sido mucho más rentable.
Por cada euro que han invertido los operadores móviles desde 1997, han recibido vía ingresos de interconexión regulados 1,66 € (y generaron 7€ de ingresos de operaciones). Por contra, el sector del cable ha visto cómo por cada euro invertido tan sólo ha recibido 0,1€ de ingresos de interconexión (y 1,8€ de ingresos de operaciones). Parece que sería apropiado por una vez premiar el ingente esfuerzo realizado por el sector del cable y no tanto preocuparse exclusivamente por cómo las decisiones pudieran afectar a la posición privilegiada que ha vivido el sector de los operadores móviles durante esta última década.
Frecuencias en todas las bandas
Los operadores de cable están dispuestos a entrar en los servicios móviles por la puerta grande, utilizando sus redes troncales que ya llegan a buena parte del país para enlazar estaciones base propias que operen en todas las frecuencias.
Los operadores de cable disponemos de todas las capacidades necesarias para seguir siendo actores decisivos en el mantenimiento y mejora del actual escenario competitivo en España. Pero necesitamos frecuencias que nos permitan hoy por hoy competir adecuadamente en el mercado. Estamos ante una oportunidad irrepetible de poder resolver esta carencia. Existen los recursos de espectro necesarios para hacerlo. Y creemos que es el momento adecuado porque la evolución prevista en las redes de banda ancha abre una nueva oportunidad para hacerlo. El cable, que dispone de una moderna red de fibra óptica para conectar hogares y empresas, necesita de frecuencias para poder desplegar estaciones base de móvil y desarrollar su negocio con la competitividad necesaria.
Las cableras solicitan estar presentes en todas las bandas. La más baja, en 800 MHz, procedente del dividendo digital, junto con la 900 MHz, actualmente en manos de los operadores GSM se emplearían para banda ancha móvil fuera de las grandes urbes. En los grandes núcleos se utilizaría la banda 2,1 GHz (actual 3G) y la nueva 2,6 GHz.
Así concurriríamos por ese espectro con una fórmula dependiente de las circunstancias concretas de cada licitación, pero, en todo caso, con la voluntad y seguridad de hacer un uso coordinado, eficaz y eficiente de las frecuencias en todo el territorio nacional.