Según dice el artículo de Expansión:
Entre las desventajas de la externalización figura el hecho de que al crear una compañía de red fija independiente, una NetCo, la otra parte de la filial, es decir, el área comercial y que da servicio a los clientes -la ServiceCo- tendría que pagar un coste mayorista a la nueva propietaria de la red, lo que afectaría a los márgenes de la ServiceCo castigando su ebitda.
Otra de las características de la operación es que, en este caso, el principal y casi único interés del potencial inversor en la red sería el contrato con Vodafone por el que la operadora se comprometería a utilizar durante un periodo amplio -normalmente 20 o 25 años- la red externalizada, para asegurarse así los ingresos. Los más de diez millones de hogares cubiertos actualmente con la red de Vodafone (entre la red de cable y la de fibra) son fundamentalmente urbanos, situados en grandes ciudades. Y eso significa que la red está muy solapada y que competiría con las huellas de las redes de Telefónica y Orange, por lo que su aprovechamiento como alternativa para lograr nuevos clientes sería complicado. Por eso, el precio del activo dependerá fundamentalmente de la tarifa mayorista que se comprometa a pagar Vodafone a la Netco, por lo que los observadores señalan que podría oscilar en una horquilla muy amplia de entre los 3.000 y los 4.000 millones de euros.
Vodafone dejaría de pagar el mantenimiento para pagar un alquiler. Pero este alquiler debería ser alto (seguramente mayor que lo que paga a Movistar por el FTTH) porque si no la NetCO no recupera la inversión y costes de mantenimiento.
Pero además se habla de rentabilizar la red de HFC para un alquiler de 20 años lo que conlleva una locura en costes de mantenimiento, que irian creciendo a medida que la red envejece.
La operación no tiene por dónde cogerla. Es vender pescado podrido.