La consultora Altran interpreta que la llegada del fin del roaming europeo repercutirá en el bolsillo de los usuarios que no lo utilizan, puesto que las operadoras se verán empujadas a subir las tarifas nacionales para compensar la rebaja del precio del roaming impuesta por la EU.
Los usuarios con menor poder adquisitivo son los que suelen viajar menos al extranjero, por lo tanto, en un entorno RLAH, los que viajan pagarán menos durante sus viajes, a costa de los que no lo hacen, que pagarán más, ya que las tarifas domésticas habrán sido aumentadas.
Otros inconvenientes que señalan son que algunos usuarios contratarán tarifas más económicas en otros países, pero las utilizarán de forma permanente en el suyo sin el sobre coste del roaming, lo que hará que a la operadora no le resulte rentable.