BocaDePez:
Como buen veterano, debes recordar que cada computadora tenía su sistema operativo propio, y su propia versión de COBOL y Fortran. Lo que impedía que las compañías cambiaran de proveedor.
Esto cambió hasta que se adoptó el Unix como sistema operativo por la promoción de los sistemas abiertos, donde SUN jugó un papel importante.
Pero era un sistema operativo muy oneroso para el usuario que apenas podía comprarse una PC de IBM. Había Xenix de Microsoft y otro que en este momento no recuerdo el nombre pero que todavía existe y estaba orientado al tiempo real. Además de los que habían para otras computadoras como las PC de NCR.
Cuando ATT prohibió que se estudiara su código, Tanembaum escribió Minix para su curso de sistemas operativos y Linus Torvalds que tomó ese curso, hizo su versión Linux, con la idea de fuese software libre, que Richard Stalman promuebe.
Hasta ahí todo iba bien, pero todavía hay proveedores de hardware que han sido algo regegos para entregar drivers para Linux, porque creen que sus intereses peligran.
Lo que dices sobre lo difícil de instalar Linux ya no es tan cierto, ahí estás algo atrasado de noticias. Hay distribuciones como Ubuntu que son más flexibles para incorporar software no libre en sus distribuciones con lo que incorporan drivers de los proveedores que son algo abiertos a Linux, de manera pragmática, no por apoyar al software libre.
Esas distribuciones se pueden instalar sin mayor complicación y vienen con montones de programas para todas las necesidades, desde suites de oficina como LibreOffice y otras, muchos de estos programas también se pueden instalar en Windows y MacOS.
El problema es que Steve Jobs, fue un genio de la mercadotecnia, que embelleció las computadoras e introdujo esos gadgets que tienen tan enajenados a todos, desde niños hasta muchos "viejos cebolletas", como tú les llamas, que comparten las fotos de sus nietos en facebook. Con ello las computadoras se han convertido en un artículo de consumo, tal como los televisores y los tocadiscos, pero también como lo fueron las máquinas de escribir y las calculadoras. Cubren esas necesidades, pero no estimulan una creatividad original, simplemente hay buenos consumidores que ahora están aprendiendo a usar las impresoras 3D para puras tonterías en la mayoría de los casos.
Linux se popularizó y atrajo a esos consumidores, los más expertos, quienes comenzaron a hacerlo cada vez más parecido a MacOS y Windows. No me refiero a la interfaz gráfica, está bien que se facilite el uso multi-tarea poniendo cada programa en una ventana. El problema es que se perdió la filosofía del software libre, ni siquiera en su acepción de gratis. Android, aunque se derivó de Linux, no es software libre, la AppStore es una variante de la MacStore o como se llame la que promovió Steve Jobs.
En Android se promueven las apps. App es una abreviación de applicación, y como tal es un programa muy breve, con funciones muy limitadas, lo que no tendría nada de malo si no se usara para cobrar todo por separado porque esos pedazos de programas únicamente son como aquellos libros que se vendían en fascículos en los puestos de periódicos. Primero bajas la app, que hace la función principal, pero si quieres guardar el trabajo, tienes que bajar otra app complementaria para que te permita grabar archivos en distintos formatos.
Unix inovó creando un entorno de programación, el sistema operativo introdujo un conjunto de programas que se interconectan para realizar tareas, algo que los programadores mejor formados saben aprovechar. Pero las apps no se pueden componer en esa manera.
Comparado con Linux, Android es bastante limitado, y Linux se ha vuelto muy pesado por su imitación de Windows y MacOS, aunque no se pasma para actualizarse como pasa con Windows y mucho menos al momento de apagarla, lo que es desesperante con las notebook.
Windows tampoco es tan compatible con windows como dices, en cada versión cambian los formatos de los archivos para obligarte a actualizar, un archivo de Office 98 se puede abrir en un Office más nuevo, pero no sacan la actualizacion para que el la versión 98 pueda abrir los del nuevo. Como la mayoría de los usuarios guarda los archivos en el formato más reciente, se crea la necesidad de actualizar a la última versión, que no es más que "la misma gata, pero revolcada", eso sí más pesado para que también se necesite cambiar el hardware, para hacer lo mismo, pero con ventanas que hacen más acrobacias al abrir y cerrar. Pura mercadotécnia, que desafortunadamente contaminó el proyecto del software libre que originó a Linux, salvo en los ambientes académicos, donde se requiere de algo más sólido y se sabe lo que se está haciendo.