El conocido abogado Carlos Sánchez Almeida fue entrevistado estos días en Canal Solidario y dio su punto de vista sobre muchas cuestiones. Una de ellas está de actualidad y no es otra que las reivindicaciones por un ADSL más barato: "Creo que la revolución va a venir dada no tanto por el ADSL como por las ofertas de conectividad móvil. El efecto combinado de ambas va a ser un revulsivo: si medio país pide la portabilidad de Telefónica a Vodafone, a los dos meses el precio del ADSL baja a la mitad. Quizás tendríamos que plantearnos acciones colectivas contundentes, como la que acabo de mencionar. Nos tomarían mucho más en serio".
El Gobierno y los partidos políticos, que han sido incapaces de plantar cara a las multinacionales, y han colocado nuestro país a la cola de Europa. La crisis va a ser terrorífica en España, porque se han perdido años cruciales en los que se tenía que haber apostado por la sociedad del conocimiento. Nuestros políticos sólo han apostado por la comisión fácil del ladrillazo, por una economía muerta.
Así explica Sánchez Almeida la realidad en I+D+i de España que cayó este año tres puestos en la lista de 134 países con mayor implantación de las tecnologías de la información y la comunicación (ICT) elaborada por el Foro Económico Mundial, en la que pasa a ser el número 34.
Personalmente pienso que si el ciberactivismo se limita a la Red, su repercusión es muy limitada, teniendo en cuenta la actual brecha digital. Se puede generar mucho ruido, se pueden generar campañas de opinión, pero si el poder se da cuenta que la protesta no llega a la calle, sólo tiene que aguantar el chaparrón. El poder sólo se preocupa cuando la protesta cala en la sociedad civil.
No es la primera vez que muestra el letrado su desencanto con algunas iniciativas de la red o, al menos, con la repercusión que tienen. ¿Cuál es la fórmula para que toda la "tinta electrónica" se convierta en una manifestación de cierta importancia?
Haciéndolo al revés: lo que hay que conseguir es que los problemas de la calle real lleguen a la Red. Una vez allí, conseguir apoyos adicionales, y volver a sacar el problema a la calle. Ha de ser un proceso de retroalimentación permanente: los dos mundos han de actuar simultáneamente como cajas de resonancia contra el poder.