El Ayuntamiento de Berlín ha decidido no migrar sus ordenadores a software libre, tal y como proponía el Partido Verde. Esta formación había presentado un estudio universitario que demostraba que el Consistorio de esta ciudad podría reducir sus costes de informática en un 50% si se pasaba a Linux y otros programas de código abierto.
El informe también señalaba la conveniencia de evitar seguir dependiendo de una multinacional extranjera, en referencia a Microsoft, y las posibilidades de desarrollo económico que abre la subcontratación a empresas locales de software libre. Actualmente, Berlín dedica 250 millones de euros al año a equipar de programas a sus 60.000 ordenadores.
Sin embargo, los responsables del Ayuntamiento han preferido una solución mixta, que combina software libre y propietario, por razones fundamentalmente prácticas. Esta decisión contrasta con la adoptada en Munich, que está migrando a Linux y OpenOffice, y a las declaraciones públicas del Gobierno Federal de Alemania, que recomienda a las administraciones públicas utilizar programas de código abierto.
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