Actualmente se encuentra sin estandarizar aunque muchos fabricantes ya están desarrollando sus prototipos. Se espera que en 2020 su uso sea cotidiano. Será 50 veces más rápido que una conexión de 100 Mbps por fibra óptica de Movistar ó 250 veces más veloz que una 4G/LTE. ¿Es necesaria tanta velocidad? No hay duda: por supuesto. Con el 5G se aprovechará para conectarlo todo, no solo las personas. Podremos enviar análisis médicos en instantes, conectar redes eléctricas, diseños digitales avanzados y donde quiera que te encuentres, recibirlo.
En TechCrunch han hecho un buen recorrido sobre las posibilidades del 5G. Con él y el acceso que proveerá a masivas operaciones de servidores remotos, tendremos pocas limitaciones en movimiento para avanzar en muchos campos. Por ejemplo, los juegos variarán hacia complejos escenarios que podrían proyectarse en tu sala de estar... o en la plaza cerca de tu casa. Diseños holográficos, en definitiva. En tu hogar además, se podrán manejar muchos dispositivos de uso cotidiano, aquella antigua ambición de Microsoft.
También es importante para la medicina. Análisis complejos podrán enviarse a poblaciones alejadas que carecen de centros cercanos. No hará falta esperar tanto para recibirlos. También se podrá programar una cirugía menor con robots a distancia. O será posible interactuar y mantener conversaciones en 3D
La cuestión que seguro estarás pensando es que esto no es gratis. Y tampoco barato. Los datos son el nuevo petróleo que condicionará los potenciales usos que no las soluciones que ya están en la mente y el código de los desarrolladores.
