Si estudiamos el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias o Artísticas, o la Ley de Propiedad Intelectual, observaremos que todo gira alrededor del concepto de copia: distribución, reproducción, comunicación pública… A medida que las multinacionales del entretenimiento han ido moldeando la ley a su antojo, la han hecho girar cada vez más sobre su modelo de negocio: la venta de copias de obras empaquetadas. Se trata de un derecho pensado para un mundo en el que la realización de copias se basaba en la exclusiva tecnológica. Pero el mundo ha cambiado, y ahora cualquier ciudadano puede realizar una copia perfecta. El modelo de negocio ha de cambiar, y el derecho también.
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La Declaración Universal de Derechos Humanos no habla en ningún sitio del derecho a cobrar por copias, ni de la prohibición de hacerlas. De lo que habla es del derecho de los creadores a la protección de sus intereses morales y materiales. Si se encuentra un marco jurídico que compatibilice esos intereses con el derecho de toda persona a la libertad en el terreno cultural, lo que establece la Declaración Universal se cumple. El problema, en consecuencia, no está en el marco general, sino en la formulación concreta del derecho de autor en el Convenio de Berna y en las legislaciones nacionales.
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Millones y millones de personas están poniendo en cuestión, a diario, de forma absolutamente pacífica, todo un sistema de dominación. Sin alzar la voz, sin levantar barricadas, pero sin detenerse un momento. Las armas se fabrican rápido, pero construir herramientas es un trabajo lento y paciente. Y estamos construyendo las herramientas de una nueva sociedad. Una sociedad que quizás está dormida, embrutecida, quizás aún es infantil. Pero una sociedad que puede madurar de golpe, si algún aprendiz de brujo cierra antes de tiempo la válvula de escape. Intenten aplastarla, y esta sociedad se levantará.
Extracto de la conferencia de Carlos Sánchez Almeida en el IV Curso de Derechos Sociales, "Defender y repensar los derechos sociales en tiempos de crisis", Centro Cívico Pati Llimona, Barcelona, 8 de junio de 2009. Palabras que al completo dibujan el panorama actual del conflicto entre la propiedad intelectual y el libre acceso a la cultura. No dejen de leerlo.