Hoy me visitó, junto con su esposa, un viejo "amigo" y compañero de estudios, al que hace años que no veía, pero no pude hablar con él porque su mujer empezó a darle a la sin hueso, de forma continua, desde las tres de la tarde hasta hace un rato que por fin se marcharon. La tía parecía una ametralladora parlante, y no dejaba hablar a nadie, solo hablaba ella hasta por los codos. La tía se pasó horas hablando a piñón fijo, y yo no pude decir ni mú, y su marido aprovechó a decir un par de frases cortas mientras la tía estaba tomando un poco de agua de una botella.
Pobre "amigo" mío, la que tiene encima. Mi más sentido pésame.
Acabo de tomarme un par de aspirinas, y así y todo no se me quita el dolor de cabeza. Quien tenga que convivir con la tía esa tendrá que comprarse todas las aspirinas que se fabrican en el mundo.