¿Bonito?
Qué poco necesita Xfce para mostrar su lustro. Un fondo de escritorio, un set de iconos de Faenza y Axiom para los botones de la ventana, activar la composión nativa y listo, pero carajo, olvidé lo pesado que es armar este escritorio para hacerlo usable. Salvapantallas, decenas de plugins para el escritorio, aplicaciones, gestor de sesión, etc. etc., y esto, unido a que es mi primer contacto con FreeBSD me está resultando soporífero. Sólo instalar Flash es un ardor de culo y todavía me queda encontrar la manera de habilitar el cambio de usuario (¿gdm-flexiserver?).
Después de muchos años, abandoné las distribuciones Linux e instalé Windows, estaba un poco cansado y desencantado; un pobre rendimiento del kernel en una máquina con Slackware acabó con mi paciencia. Instalé Windows y todos los service packs y actualizaciones durante mogollón de días hasta que el sistema iba muy fino, y ahora no sé si arrepentirme de haber machacado el disco con FreeBSD sólo por el gusanete de trastear. ¡Eso no se hace gusano!
El caso es que, opino que el escritorio más usable (en Linux) y potente recién salido de la caja es KDE pero no me agrada mucho la estética ni los widgets, de los cuales sólo un par de ellos o tres me parecen interesantes, así que no sé si darle una oportunidad a FreeBSD, pegarme dos semanas para reinstalar Windows o volver a Debian-KDE testing.
Psss, sin mucha ilusión por nada, ¿qué opináis?