Al cumplirse un año de los despidos de setecientos teleoperadores de Jazztel en Galicia (más otros trescientos entre Madrid y Barcelona), la Coordinadora de Trabajadores del Telemarketing descubrió que una web de los profesionales del sector en Argentina se mofa de sus clientes gallegos y airea datos privados
ECG
El sector de los teleoperadores gallegos continúa en la brecha defendiendo sus empleos. En el seguimiento que realizan de las empresas que, fuera de España, se han hecho con sus puestos de trabajo tras la deslocalización que llevan a cabo las principales operadoras de telecomunicaciones española, la Coordinadora Unitaria de Trabajadores del Telemarketing han detectado que, al cumplirse un año de los 700 despidos en Galicia (más otros 300 entre Madrid y Barcelona) de los teleoperadores de Jazztel, se pueden encontrar en una web de los profesionales del sector en Argentina sus vivencias, donde no dudan en mofarse y aportar datos personales de sus clientes gallegos.
Sin que nadie consultase a los clientes, las referencias personales (entre ellas DNI, número de cuenta y dirección) han saltado el océano Atlántico hasta Córdoba (Argentina). Desde esta lejana localidad (casi diez mil kilómetros nos separan) se atiende a usuarios de toda España, incluidos los de las cuatro provincias de Galicia. Y a través del blog (link roto) los empleados de este país describen las llamadas que reciben.
La Coordinadora alega que este blog demuestra que "la persona que está detrás del teléfono, sea del país que sea, intenta desempeñar su trabajo lo mejor posible", pero también que "el criterio de privacidad es distinto en Argentina y en España".
Así, en esta web podemos encontrar el nombre completo de una clienta, así como el contenido de las llamadas o la operativa técnica a seguir. Entre las perlas que publican, nos encontramos con una captura de pantalla de una ficha privada de una cliente cuyos apellidos -Concha Casta- provocan comentarios jocosos, dado el significado de concha en este país (órgano reproductor femenino), aunque también otros que censuran lo poco profesional de sacar a la luz estos datos.
No es la única. También se ríen de como las personas que, al otro lado del Atlántico, tratan de seguir los pasos para configurar aplicaciones y los sistemas de conexión, se encuentran con ciertas barreras que, sin ser idiomáticas, sí nos recuerdan esos diez mil kilómetros que separan el lugar de la atención al cliente con la casa donde se produce el problema. Por supuesto, en conexiones configuradas en gallego, catalán o euskera, cambia la hoja de ruta de estos profesionales (que antes atendían desde A Coruña), lo que también motiva sus comentarios hilarantes.
Como descargo, decir que también sacan informes de sus clientes argentinos, y que en la web aportan controladores y otras herramientas útiles para los usuarios de Internet. Eso sí, entre los comentarios en contra de lo que hacen, buena parte vienen de aquellos que antes trabajaban en Galicia, atónitos ante lo que leen .