Antes de contratar un servicio con cualquier empresa o institución, cualquier usuario tendría que leer los comentarios realizados en los foros especializados. Indudablemente, algunos de estos comentarios pueden contener larvada una ideología o intencionalidad. Algunos comentarios pueden pertenecer a empresas de la competencia que intentan desacreditar a sus pares utilizando prácticas poco ortodoxas. Si bien, en muchos otros casos los comentarios son sinceros y provienen de personas que han experimentado situaciones desagradables que no desean que padezcan otros. Este es el caso que expongo a continuación.
Tras un largo período de estancia como cliente en Securitas Direct decidimos proceder a lo que se convertirá en la primera fase del problema, la baja del servicio. Cabe mencionar que la baja se ocasiona debido a la precaria situación económica que padecemos algunos españoles, no a un mal funcionamiento del sistema o una mala gestión de Securitas Direct o sus empleados. Pero, un largo y exasperante proceso comienza el mismo instante en el que notificamos a Securitas que deseamos prescindir de sus servicios. Es a partir de este momento cuando el aún cliente pasa de ser ignorado y repudiado.
Después comienza la segunda fase del problema: la agresiva estrategia disuasoria que Securitas ejerce sobre el cliente. En esta etapa Securitas comienza a realizar a ofertas, descuentos, etcétera, mediante estrategias muy agresivas y convincentes para disuadir al cliente de su propósito de causar baja. Generalmente lo logran, y consiguen retener por más tiempo al cliente en su empresa. Independientemente del carácter e intencionalidad de la víctima, los empleados de Securitas Direct realizan su cometido eficientemente. Tanta agresividad vulnera los derechos de las buenas personas que en su día a día no tratan con tan disuasorio personal (generalmente asociado a estafadores profesionales que consiguen que las personas hagan algo en contra de su voluntad).
La tercera fase se inicia cuando, una vez que el cliente ha firmado el contrato de baja, Securitas Direct continúa manteniendo el mismo y cobrando por los servicios prestados. Después de que el cliente ha estado un año intentando cursar la baja, finalmente lo consigue. Una vez firmado el contrato de baja, Securitas le confirma que han de cobrar otro mes más, aludiendo que la baja no se ha firmado dentro de los (X) días de aviso correspondientes. En este momento el cliente acepta el pago para liberarse de una vez por todas de esta pesadilla. Pero, lo más grave de la situación se determina por que, una vez realizado el pago y estando el servicio de baja definitiva, ¡Securitas Direct continúa emitiendo facturas y manteniendo el sistema de alarma operativo!
Esta obra de mala fe causa en los ex clientes un enorme sentimiento de indefensión, una doble pérdida de dinero (cargos por devolución de recibo y no hacer frente a otros pagos domiciliados por falta de liquidez en la cuenta, ya que Securitas se había adelantado), impotencia social generalizada, enormes pérdidas de tiempo, desgaste físico y psicológico, y más.
El caso de esta empresa no es el único en España, ya que otras muchas utilizan las mismas malas artes. Y lo peor del asunto es que generalmente, el usuario, si no tiene las herramientas o recursos económicos para solucionar este tipo de problemas, termina formando parte de los ficheros de morosos por no abonar un importe que no le corresponde, pero ese ya sería otro capítulo.
Espero que esta experiencia sirva a aquellas buenas personas que confían en las personas, empresas, o instituciones que obran de mala fe.
Otra cosita, siempre habrá algún listo que escriba en el foro -"no haber contratado", para ellos esta explicación -"si adivinásemos el futuro muchas de las cosas que hacemos no las haríamos".