Estuve en un ayuntamiento, para solucionar un papeleo, y jamás en mi vida había visto tal cantidad de prepotentes por metro cuadrado. Mientras las cosas sigan así, en este país de califatos, la cosa está bien jodida. Cualquier hijo de... vecino, que consigue una poltronita pequeñita, ya se cree el rey del mambo, y eso no puede ser ni se debería de permitir. El papeleo me lo arreglaron, pero con muy malas caras, malos modos, y mala leche, y había uno que ni me miraba a la cara. No se puede ir por ahí creyéndose el dios de la patata por estar "trabajando" en un ayuntamiento de la oposición (por fortuna). Menos mal que estos prepotentes perdieron bastante enchufe el 20N, que si no me parece que el papeleo no lo hubiese solucionado sin echarme vaselina.
Hay que hacer una revisión profunda de funcionarios y demás hierbas, y los individuos prepotentes e incompetentes a la puta calle.
Joder, tíos que no saben hacer la O con un canuto y encima te miran por encima del hombro.
País.
