Érase una vez un joven, harto de que le diesen caña en diferentes curros, decidió montarse la fiesta por su cuenta. Ahora siguen dándole por otros lados pero al menos ahora los réditos compensan y eso consuela.
Unos días mejores y otros peores. Eso sí, sigue aguantando la vena ¿joven? y corriéndose la juerga padre cuando puede (o cuando le dejan, ésto es un misterio).
A veces, bajón en mano aterriza por aquí a fundir los plomos. Otras, subidón de turno a cuestas, aporta la chispa oportuna.
Como buen reptil, esa lengua "viperina" a veces le hace perder los papeles, pero aunque a veces incluso llegue a morder, no es una especie venenosa ni tampoco dañina.
Así se vé desde fuera a grosso modo.
¿Vá de esto el rollo o se me ha ido la olla? ;) :D
Saludos.