Siendo éste un país de culto al ruido me van a llover las críticas, lo sé. Pero a ver si exponiéndolo en un foro normal, logro obtener una respuesta:
-Puedo comprender los fuegos artificiales o las Fallas. Provocan un estruendo infernal, pero llevan aparejado un espectáculo que merece la pena.
-Puedo comprender los conciertos ruidosos, incluso los de Mónica Naranjo o similares engendros latinos. Que los gustos son como los culos.
-Con un poco más de dificultad, pero puedo comprender los petardos. Todos hemos sido niños y, si bien algunos tienen una potencia pareja a la de una bala de mortero, normalmente son un par y se acabó.
Pero, ¿y ese gilipollas, normalmente apoyado por un gilipollas mayor en un Ayuntamiento, que se planta frente a una batería de cohetes y los va encendiendo a intervalos regulares? Shhhhhh........ POM. Un sonido monótono, tremendo, sin atractivo. Shhhhh...... POM. A cualquier hora del día, de la tarde o casi de la noche. Shhhhh.... POM. Durante minutos y minutos y minutos. Shhhhh...... POM. Alterando el sueño de los bebés, provocando el pánico en perros, gatos y otros muchos animales y jodiendo a todo el que tenga los oídos un poco sensibles, como yo.
Pregunto: ¿qué finalidad tienen?