Hoy por hoy las pequeñas sociedades, o pequeñas empresas. Generan en nuestro Pais el 80% del empleo. Pero crear una sociedad no es algo sencillo. A día de hoy se tributa el 30% de los beneficios netos al final del ejercicio del año, lo que se llama, impuesto de sociedades. Sin contar los innumerables problemas, gastos, gestiones que cualquier empresa conlleva.
Debido a una competencia desleal contra nosotros mismos provocada por inmigrantes que no tienen deberes de tributación, ha llevado a la ruina a muchas empresas que han intentado competir en un mercado desigual. En lugar de esto si de verdad hubiera igualdad como se pretende en una democracia y se hicieran las cosas con cabeza, un gran paso sería llevar a cabo esa igualdad, todo el mundo a pagar, menos, pero a pagar. Consiguiendo el desarrollo de pequeñas empresas que son las que dan trabajo a la gran mayoría de nuestros conciudadanos.
No hay nada en contra de que personas de otros paises monten negocios en España, eso es genial, pero si no tributan se convierte en algo doblemente perjudicial. Porque no sólo no aportan beneficio al estado, sino que se convierten en competencia desleal debido a bajos precios y similares, ya que cómodamente se lo pueden permitir, y otras empresas se verán seriamente afectadas.
Si de verdad se pretende crear empleo, es necesario formentar la creación de nuevas empresas, que dispongan de ayudas y de la seguridad de unos bienes gananciales. Bajando los impuestos, en cierto modo se reduce el fraude a la hacienda pública, ya que se hace menos necesario compensado por unas mayores ganancias reales.
En sí la reducción de impuestos de sociedades, anima a personas a crear empresas, que es al fin y al cabo lo que de verdad ayuda a generar puestos de trabajo.
Si todavía más se suben los impuestos, ya me gustaría a mi ver con qué magia se genera empleo....
El bajar impuestos no supone menos ingresos para la hacienda pública ya que el crear negocios se convierte en algo más llevadero, y por cantidad tiende a compensar o inclusos mejorar, al tiempo que se consigue reducir el fraude.