El ruido de nuestra civilización ya llegó a ese planeta. Si ahí hubiese vida inteligente que dominara la técnica de la radio y la televisión (propagación de la información a través de las ondas electromagnéticas) serían capaces de ver la programación de La Tierra hace 24,5 años atrás.
En teoría, las ondas de radio van perdiendo potencia, pero nunca llega a ser cero y por lo tanto estarían viajando de forma infinita en el universo. Las ondas, cuanto más cortas, más energía tienen y en lugar de rebotar en la ionosfera escapan con facilidad fuera de la tierra.
A lo mejor, lo que hoy estás hablando por un móvil, un extraterrestre con un receptor muy sensible y una tecnología que se pasa por el forro cualquier cifrado, sabrá lo que le has dicho a tu novia dentro de ochenta mil años, cuando de ti no quede ni el polvo.
El programa SETI todavía no ha encontrado señales de vida extraterrestre en otros planetas.
Supongo que una civilización muy avanzada no perderá el tiempo usando el móvil, la radio o la televisión.
Nuestra civilización contamina tanto que ya tenemos un diámetro de 100 años luz, más o menos, lanzando ondas contaminadas con la modulación de nuestras voces y nuestros caretos. Somos unos virus electromagnéticos.