Con premeditación, nocturnidad y alevosía. Así lo que ha hecho Jazztel anunciando unas ampliaciones que no solo no está cumpliendo, si no que están afectando seriamente al servicio de la clientela actual.
A esto se le llamaba falta total de seriedad y escrúpulos. La España de la pandereta. Los empresarios "listillos" ("tu tira palante, que estos capullos aguantarán lo que sea con la zanahoria de la velocidad")
Lo que uno siente es vergüenza ajena, amén de la irritación producida por las incidencias en el servicio (fallos en las conexiones, lentitud, webs inaccesibles,...)
Y todo esto sin la menor explicación ni aviso. Por "cohone". Porque soluciones alternativas (para casos de precariedad prevista) las hay. Pero eso no lo pueden improvisar los cocineros de pizzas, por esforzados y respetables que sean. No es lo suyo. Hacen falta técnicos, planificación y presupuestos equilibrados. Y conocer el negocio.
Para colmo, todo esto se perpetra impunemente. "Aquí no pasa nada". Por lo visto, no siquiera la competencia actúa (¿Perro no come perro?).
Y lo peor de todo: que esto no hace buenos al resto de operadores. El panorama es desolador.
... o no. :-?