Cuando se hizo la normativa, la potencia de emisión de los teléfonos móviles era muy superior a la de los teléfonos actuales. Ahora ya no se habla de ello porque está más que demostrado que los teléfonos antiguos no supusieron ningún perjuicio a la salud de nadie, y como los móviles actuales tienen una potencia que es una fracción de la de los antiguos, ya no es un valor importante.
De forma muy resumida, hay dos tipos de radiación, la ionizante y la no ionizante. La ionizante es la que puede cambiar la estructura atómica de los elementos, y eso para los seres vivos suele significar daños celulares que pueden producir cáncer y otras enfermedades, ejemplos son los rayos gamma emitidos por materiales radioactivos. La no ionizante significa que lo máximo que puede hacer es excitar los electrones (osea, calentar). Las frecuencias usadas para la telefonía móvil (incluyendo el 5G), las wifis (6Ghz, 5Ghz, 2,4Ghz), la luz tanto solar como de una bombilla o un led, todo esto son frecuencias que están extremadamente lejos de las ionizantes y por tanto, lo máximo que pueden producir es… calor. Igual que el sol. Obviamente mucho calor puede quemar, pero como bien ha comentado EmuAGR, el sol emite 2KW por metro cuadrado, y una wifi o un móvil produce unos pocos miliwatios por metro cuadrado. Ah, y cuando las partes calentadas por la radiación se enfrían… no queda ningún efecto permanente.
Si todo esto es por las paranoias conspiranoicas que están tan de moda por las redes sociales, espero que esto te haya aclarado las cosas, también puedes encontrar información contrastada en sitios como la Wikipedia.