Cliente de Tele2 desde el año 2002 inicialmente con telefonía a la que despúes añadí ADLS, he tenido que irremediablemente darme de baja y el motivos de este post es explicar someramente las razones para evitar casos similares al mío.
Durante meses he padecido cortes, penurias y dificultades tanto para hablar por teléfono como para las comunicaciones por Internet y durante ellos mis llamadas al servicio de atención al cliente han sido constantes, tanto desde el teléfono fijo, cuando este funcionaba, como desde el movil cuando aquel no lo hacía. Todos los esfuerzos de los oepradores técnicos de Tele2 iban de forma invariable y repetida a localizar un posible malfuncionamiento de mi router, mi ordenador, mi instalación, mis teléfonos. La culpa o el problema tenía qie ser mio. Cada llamada se convertía en una repetición de un protocolo rutinario de actuación que llegaba hasta el hartazgo, sin resolver en ningún caso el problema. Todo seguía cortándose. Incluso se me envío un nuevo router, lo que evidentemente denotaba la existencia de un interés real por parte de Tele2 de solucionarlo, pero que tampoco sirvió para nada.
Ante esta situación crítica y desesperante opto por la portabilidad de mi número a Telefónica con la esperanza de que sean ellos los que me den un servicio que desde hace meses carezco. Consumada la portabilidad, continúan con frecuentes cortes y caidas de Internet, pero el teléfono, supongo que por no ser VoIP, aunque con mucho nivel de ruido, puede ya usarse sin cortes. Y es ahí precisamente donde estaba el problema: la linea tenía un nivel de ruido desmedido en muchas ocasiones e impedía cualquier comunicación. Telefónica me lo ha solucionado y tanto la voz como Internet funcionan a la perfección.
Y es en este punto donde me pregunto ¿Es necesario padecer meses de penurias sin que nadie pueda aportar una solución que me ha obligado a la portabilidad de la linea? ¿No tiene medios técnicos Tele2 para medir el ruido de la línea y salir de dudas en casos como el que relato?. Mi conculsión: con Tele2 muy bien si todo va bien y muy mal si algo va mal. Es decir, parece cuestión de suerte y no de comptencia profesional.