pepephone habla y vuela

Por dos motivos. El primero, que cuesta dinero. Bastante, y no siempre salen los números. Cada vez es necesario bajar más los precios y aunque somos una empresa pequeña con una estructura sencilla y funcionamos sin problema con márgenes reducidos, no es fácil mantener este coste. Hoy la moda es bajar los precios y a cambio, sin aclararlo suficientemente, eliminar la atención al cliente y ponerla de pago, o vía web, o muy lejos, o meter consumos mínimos, o cuotas fijas o permanencias. Hay rayas que nosotros no podemos pasar y esta es una. Jamás bajaremos un precio eliminando algo básico en nuestro servicio como lo anterior, pero hay otras cosas que no conseguimos mantener y esta es una a la que debemos renunciar.

Por otra parte, esto afecta únicamente a los nuevos clientes ya que los actuales siguen teniéndolo intacto. Y ahí está el segundo motivo: Después de cinco años con el programa, quién no es cliente aún, es porque no le ha interesado el programa y nuestra propuesta y algo hay que cambiar. El programa no lo podemos mejorar y eso que era imperfecto. Ahora debemos centrarnos en mejorar nuestra propuesta.

Llevamos muchos años intentando diferenciarnos por nuestra forma de trabajar, y no por nuestros regalos y por eso nunca hemos puesto lo de los vuelos delante de nuestro servicio y siempre lo hemos dejado en un segundo plano, no incluyéndolo nunca ni en nuestra publicidad fuera de nuestra web, y por supuesto tampoco en nuestros principios. Debemos saber que un cliente viene a Pepephone por nuestra propuesta de servicio y nuestro precio, que es lo único que sabemos que seremos capaces de mantener a lo largo del tiempo. Si la diferencia entre venir o no venir a Pepephone es esa, debemos saberlo hoy, porque los principios no tienen fin, pero los aditivos siempre lo acaban teniendo.