Es la demagogia perfecta aplicada al comercio, nos venden lo que no son, lo que no tienen a base de ponerse medallas, y lucrarse con la ignorancia de la burguesia, pero los verdaderamente culpables somos nosotros, que parecemos zombis devoradores de consumismo y adiestrados de tal manera que la meirda que nos echen, nos la tragamos sin más, nosotros creamos nuestros propios lavacerebros, somos el reflejo de nuestra peor parte de la psique, aquella que nos manda a un viaje en la que el individuo carece de relevancia, porque en él no queda rastro de pensamiento, al igual que rezar a dios es poco más que estúpido, llorar aquí es realmente patético, y más aún, defender lo indefendible, como muchos por aquí hacen, en un intento de mistificarse.
Saludos