La culpa no es de Movistar sino de la gente que les paga por ver los deportes, porque los deportistas quieren tener a mano el último Ferrari. No se conforman con los Audi que les regalan todos los años la empresa del mismo nombre.
Pues claro, el que quiera deportes que pague. Yo no pago y ya no estoy en Movistar. Nunca usé su decodificador porque el router no lo tenía en el cuarto de estar y los HDMI del PC son de salida no de entrada. Tenía que haber puesto cable de red por el tubo del teléfono pero no tenía ganas.
Si todo el mundo hiciese como yo, ya verías como bajaban los precios o metían más anuncios. Mientras tanto, los deportistas ya no reciben mi dinero. Total, pagar para ver como los eliminan de la Champions. Tengo otras cosas a las que aficionarme.
El mecanismo de enganche es el siguiente: Primero te ponen un nuevo deporte durante años hasta que te enganchas y luego, el espabilado de turno ve el negocio. Pagar por ver. Pues yo no paso por el aro. Además mi método tiene la ventaja de que ya no sufro. Me entero más tarde de los resultados y oiga, tan feliz. Ni siquiera uso la radio, total, los locutores de la radio se pasan todo el partido contándonos sus vidas y peripecias. A ver cuando José Mota les hace una parodia.