Cada nuevo terminal móvil que Movistar ofrece a sus clientes, pasa por un proceso de pruebas y personalización, antes de comercializarse subvencionado o financiado.
Los fabricantes de móviles colaboran con los operadores en las últimas etapas del desarrollo de nuevos modelos, entregando un prototipo provisional que diferirá en algunos aspectos del que realmente llegará al mercado. Telefónica realiza pruebas del equipo en su red, analizando y reportando al fabricante cualquier problema encontrado. Este ciclo, que puede repetirse varias veces, no termina hasta que el funcionamiento es satisfactorio.
Una vez se llega a la versión final del software que llevará el terminal, se inicia la personalización, introduciendo aplicaciones propias del operador, bloqueando características y personalizando la interfaz con los colores de Movistar.
Con la versión definitiva del equipo y la personalización completada, Movistar encarga al número de unidades que necesita y una vez están listas, empieza la distribución al cliente.