2003. Era un pipiolo. Me fui a trabajar fuera. Me compré un nokia 3310 y una tarifa contrato Movistar. Pues entonces se pagaba por todo. Por el establecimiento, por las llamadas, por los SMS y después por el consumo de datos.
Tenía mucha vida social y no tenía ni PC/línea fija al principal fuera de casa. Mis facturas solían ser de media 60€ por unas 4h de conversación.
En el verano del 2004 me compré mi primer smartphone. Un nokia 6600, que le di mucha caña durante 3 años, hasta que lo perdí saliendo de marcha. Cámara de fotos, de vídeo, poder meter una SD para vídeos, música, apps de juegos de toda clase, apps funcionales como bloqueador de llamadas, etc… Pues ese teléfono no tenía wifi (era algo que vino masivo un par de años más tarde). Sólo gprs. A pesar de eso, un par de días lo conecté por Bluetooth al portátil que me compré después. Me pareció el futuro tener internet en el portátil, sin depender de una línea fija/ADSL. Pero aquí la trampa. Los datos eran carísimos. Por pocos megas, me llegaron a venir facturones de más de 200€. Así que corté por lo sano. Seguía yendo al ciber muchas veces y sólo usaba los datos para conectarme de vez en cuando al messenger de Microsoft, que gastaba muy poco, debido a gastar pocos kilobytes.
Allí pensé: ¡Ojalá se pueda tener internet sin depender de una línea fija, ni de ir la ciber y poder moverte conectado sin atarte a un lugar en concreto! Pues hice mal, ya que nunca pensé lo que pasaría después.
Tras el smartphone moderno táctil y mejorar cada vez más las tarifas, hemos ido peor como sociedad. Sociedad zombificada e infantilizada con las redes sociales. Apps de todo tipo, donde ya poco puedes hacer en persona. Por ejemplo, conocer gente, etc…
Actualmente, tú vas por la calle y la mayoría va mirando la pantallita del móvil sin rumbo. Ya no ves las caras de la gente. Todo como si la gente fuera autista. Para ligar, ahora hay que pasar los filtros de las apps de ligoteo y el postureo de las redes sociales, donde la gente se inventa una vida para aparentar lo que no es.
Antes de esto, todo era más espontáneo y directo. Se ha perdido eso. Además nos han vuelto demasiado esclavos del smartphone. Que si app para hacer trámites en persona, escaneo del qr… Ya no es como antes, que ibas a un sitio, comprabas y listo. O llamabas para reservar y recogías únicamente entregando tu nombre.
En su momento la gente se quedaba flipada cuando me gasté más de 300€ en un smartphone nokia en 2004. Ahora esa misma gente se gasta 1000€ o más en uno y lo que antes consideraban de frikis, ya es la norma. Actualmente veo a gente mayor de 60 años dando tumbos por las calles, mientras responden los whatsapps.
Si por mí fuera, volvería a quedarme limitado o anclado hasta cierto punto en la tecnología. El smartphone moderno y tarifas baratas, fueron un regalo envenenado. Hay muchísima gente con adicción al smartphone y lo peor es que incitan cada vez más su uso. Si intentas vivir un poco como antes, estás muy limitado hoy en día.