O2 lanzó esta mentira al entrar en el mercado español y la ha ido extendiendo gracias al control de los medios que ejerce su matriz, Telefónica-Movistar. La CNMC no regula los precios.
Un poco de historia: Telefónica-Movistar, en su más que discutible proceso de privatización se quedó con las redes de telefonía (públicas hasta entonces) y empezó a cobrar por ellas alquiler al resto. La CNMC, para asegurar una competencia medianamente sana, impuso la replicabilidad, es decir, que Telefónica-Movistar alquilara su red a un precio con el que el resto pudiera competir. Para ello se toma el precio de Movistar-O2 como referencia en las zonas no competitivas (las que están libres de la dictadura de Movistar) y con eso se ajusta el coste mayorista.
Movistar y O2 no lo van a bajar porque implicaría bajar el alquiler de la red, red que hemos pagado todos los españoles ya que les regalamos la de cobre para que, con su alquiler, construyeran esta.
Y así nació O2, pregonando valores que incumplen desde el primer día.