Hola gente!
Os cuento un pequeño rollo, a ver si alguien me puede echar un cable. Hasta hace un mes tenía ADSL de Orange. Eran 2 megas, de los que me llegaban 1.5, porque vivo en un pueblo pequeño. El caso es que la gran Telefónica de España me llamo (o más bien a mi madre, que es la que vive en esa casa), prometiendonos 6 megas por el precio de lo que estabamos pagando. Bueno, supongo que usaron el viejo truco de "hasta 6 megas", así que ya empezamos con mierdas. Mi madre suficiente tuvo con entender 6 megas. El caso es que les decimos que si, y al tiempo contraataca Orange con una oferta de 20 euros los 2 megas que tenía (10 euros de descuento). Les decimos que no porque telefónica eran 6 megas, que aunque me llegasen 4 seguía prefiriendo pagar más. Me extrañaba, que nunca hubiese tenido cobertura, pero pensaba que, al llamarme ellos, pues habrían mejorado la central de mi pueblo.
Tras los respectivos cortes de línea por el cambio, arranco con telefónica. "Esto va un poco lento... ah, que estoy a 1024 kbps, voy a llamarles". Les cuento que debería tener 6 pero tengo 1, y me dicen que era un error, que en 6 horas lo cambiaban y ya a toda pastilla. Pasa una semana y no cambia nada. Llamo otra vez, y los muy hijos de perra me dicen que no, que solo tengo un mega, que no puedo tener más por mi cobertura. Lo que más rabia me da es que el tipo me dice que "no se que le habrán ofrecido, o que habrá entendido usted que le ofrecían", con una chulería que... vamos. Le comento que entiendo que el no me hizo la oferta, pero que me han engañado y quiero hablar con un responsable, porque alguien está mintiendo al hacer las ofertas para llevarse la comisión del alta nueva. Y me dice que no, que no puedo hablar con nadie. Le digo que a alguien me tendré que quejar, y me da una dirección de correo postal.
¡Malditos sean! ¿Solo me queda eso?. Me parece una engañufla de miedo, que se están riendo de mi. ¿Sabeis como va lo de las asociaciones de consumidores?, ¿qué puedo hacer en estos casos?.
Gracias por aguantar mis penas, pero a alguien se lo tengo que contar, ¡qué caraduras!