Bueno... ya que se acercan las elecciones a Euskadi (y Galicia) el día 1 de marzo, y ya que Patxi López se ve como Lehendakari desde hace meses, eso si, con bastón "made in PP", y que no se cansan, unos y otros, de decir que los vascos vivimos "subyugados" por el poder tiránico de los nacionalistas, que ha llegado del cambio... para que todo vaya a mejor, etc, etc, a veces cabe señalar ciertas noticias, que, obviamente, no se podrán nunca leer en la prensa estatal, la cual solo da cuentas de quema de cajeros, por ejemplo, pero nada que refleje la buena gestión del gobierno liderado por Ibarretxe, ese ser malévolo, ese diablo nacionalista que ha venido a este mundo solo para amargarnos la existencia... tal y como no se cansan de repetir (y vociferar) los vasco-españoles de PSOE (yambién llamado PSE-EE), PP y los de la pizpireta UPyD. También cabría recordarles que Ibarretxe, adiferencia de ellos, ha ganado, en votos y escaños, todas las elecciones a las que s eha presentado, ashat el monento, en 1998, 2001 y 2005, por lo que a esa gente, les pediria un poco de respeto... aunque sé que es mucho pedir, claro.
Pues bien, noticia de hoy, interesante y que solo podrá leerse en medios locales, no así en diarios como El País (por razones obvias de apoyo a su candidato Patxi) y El Mundo (no pueden dejar que la realidad estropee su estrategia de acoso y derribo).
Vamos allá:
Standard&Poors confirma el rating "AAA" del País Vasco y le excluye de su lista de vigilancia por la fortaleza de su economía y la solidez de sus finanzas
Standard&Poors Standard and Poors Rating Services ha decidido mantener su rating a largo plazo 'AAA' a la Comunidad Autónoma del País Vasco por la "fortaleza" de su economía y la ha excluido de la lista de vigilancia en la que había sido situado con implicaciones negativas el pasado 12 de enero, como resultado de una acción similar sobre el Reino de España (AA+/Estable/A-1+).
Según un comunicado hecho público por el Departamento vasco de Hacienda y Administración pública, que recoge la comunicación hecha pública por la agencia internacional de calificación de riesgos, la analista de S&P, Myriam Fernández de Heredia, afirma que "la decisión refleja el status especial del País Vasco, que permite a la región exaccionar y recaudar impuestos en su territorio".
"Esta autonomía y capacidad fiscal -que es compartida sólo con la Comunidad autónoma de Navarra-, es única entre las regiones y gobiernos locales europeos", agrega.
Standard&Poors indica que la decisión "también refleja la fortaleza de la economía del País Vasco", que es "estructuralmente diferente de la de España", así como su "rigurosa ejecución presupuestaria y la baja carga de su deuda".
Para Fernández de Heredia, "a pesar del consolidado status fiscal del País Vasco y de la diferente estructura económica, su economía está interrelacionada con la de España", por lo que cree que "hay, aún así, vínculos estrechos entre los ratings de los gobiernos".
Según el comunicado, el rating del Gobierno Vasco "continúa reflejando la fortaleza de la economía vasca y los fundamentos financieros de la región, con unos pasivos financieros netos que a 31de diciembre de 2008 representan únicamente el 11 por ciento del total de ingresos".
"De acuerdo con nuestro escenario base para 2009-2011, que tensiona ingresos y gastos para reflejar el giro de la economía, los indicadores del País Vasco van a ser probablemente confortables en línea con la media de los emisores 'AAA' al final del periodo analizado", añade.
SUPERÁVIT CORRIENTE
La agencia considera que el País Vasco será capaz de estabilizar su superávit corriente en 2009 y 2010 hasta un 6 ó 8 por ciento de sus ingresos corrientes. También cree que "la región" incurrirá en "déficits gestionables", de hasta 6-7 por ciento del total de ingresos, "iniciando un controlado incremento en el ratio de pasivos financieros netos sobre ingresos totales, hasta un todavía muy bajo 15%-20%, que resulta claramente inferior a la media de los emisores 'AAA'".
Standard&Poors considera que el rating "puede sufrir presiones" si la comunidad autónoma es "incapaz de estabilizar estructuralmente su gasto corriente y/o expande de forma significativa sus inversiones, ya que ello supondrá un debilitamiento de los principales indicadores de la deuda". "Este escenario va mucho más allá de nuestras expectativas actuales, por lo que lo consideramos improbable en los próximos años", concluye.