Quienes hemos tenido la oportunidad de conocer el entorno LINUX, sabemos que este es un sórdido mundo, donde lo malo, demoníaco y bizarro se presenta en la más diabólica y cruel de sus expresiones.
Linux es la más reciente mutación de un ancestral sistema operativo llamado UNIX, y heredó de este la mayoría de sus genes maléficos. Peor aún, hoy en día cualquiera puede verse inmerso, gratuitamente y por descuido, en un submundo absorbente lleno de extrañas criaturas, malignos conjuros y oscuros comandos.
En el centro de cada servidor Linux, vive un gran monolito al que todos llaman kernel. Alrededor de él, habita un gran número de perversas entidades, llamados procesos. Nadie parece conocer, a ciencia cierta, para qué sirven. Tras 20 años de experiencia en Linux/Unix, uno puede llegar a conocer algunos, y hasta saber lo que otros hacen. Sin embargo, la gran mayoría vive incógnita, actuando a sus anchas, obedeciendo las instrucciones del kernel y succionando la vida de nuestro computador.
Es en este punto donde se vuelve inquietante... Muchos de estos procesos llegan a convertirse en demonios (daemons). Por increíble y sobrenatural que parezca, los demonios no utilizan conjuros ni hechizos para reproducirse. Ellos utilizan un tenedor (fork) para crear otros demonios llamados hijos o niños (childs), que a su vez, imitan a su creador y siguen ciegamente sus pasos.
Este infernal purgatorio puede crecer y expandirse por sí mismo. Siendo Linux un sistema operativo multiusuario y multitarea, cientos de estos pequeños demonios pueden ser creados para abastecer a cuantas ingenuas víctimas humanas accedan al sistema; convirtiendo al servidor en un verdadero infierno, plagado de demonios, cada uno con vida y voluntad propia.
En la medida en la que el número de usuarios se reduce, sucede algo espeluznante. Los demonios padres comienzan a matar (kill) a sus hijos (child), sin piedad ni compasión alguna. Más aún, existen terribles comandos para matarlos a todos (killall) que asustan por la magnitud de la masacre que pueden ocasionar. Para una muerte compasiva existe el soft kill, y para las mas crueles el hard kill. El infame comando total kill, no requiere explicación. Como ven, es abundante el tipo de muertes que pueden darse.
¿ Le suena escalofriante ? Espere a leer esto:
En algunas ocasiones, un proceso niño (child) termina o "muere" (die) sin que su padre o creador se entere. Se dice que el proceso niño entra en estado difunto (defunct) o mejor conocido como zombie. Santo cielo! ... Zombies ??? ... El desafortunado proceso hijo, ya como zombie, no tiene memoria propia, y divaga errante, inútil, sin ser notado, por ninguno de los otros procesos activos del sistema.
A diferencia de los procesos y demonios "normales", los temidos procesos zombies son inmunes al comando kill. Cruelemente, únicamente su padre tiene el poder de eliminarlo, cuando se le instruya con el comando wait, y lo liberará de su penuria removiendo su ID de la tabla de procesos vivos; enviándolo finalmente al lugar especial donde van los procesos cuando termina su existencia. Si el proceso padre se resiste, el administrador del sistema se verá obligado a matar (kill) al proceso padre (parent), lo que causará también la muerte de toda su descendencia, procesos normales y zombies por igual..... Una masacre ciertamente inmisericorde.
Por otro lado, existen también procesos huérfanos (orphans), cuyo padre y creador ha terminado su existencia. En este caso, el proceso huérfano es adoptado (adopted) por una maldita entidad suprema, el gran demonio creador de todos los demonios, llamado init. En lo sucesivo, será él quien controlará los actos de los huérfanos por el resto de su existencia. Para asegurar la incuestionable obediencia que init exige, la mayoría de los demonios en un sistema Linux/Unix tienen que ser huérfanos!. Solo así el malvado init podrá tener el control total de su maléfico infierno.
El Satán o Lucifer de este averno, llamado superusuario (su), es quien desde lo más reservado de una oscura consola (console) dirige los destinos de este fantasmal inframundo. Es él quien al alcance de sus dedos, ostenta el poder de crear y administrar múltiples infiernos; y procurando la creación de demonios, solo para exterminarlos posteriormente.
Toda una historia de terror....
Ciertamente, la maligna imaginación de los desarrolladores de UNIX, al final de la década del 60, trajo un velo demoníaco que 40 años después, aún persiste en el sistema operativo y en todas sus variaciones. Como muestra, les indico que FreeBSD, otro sistema operativo similar a UNIX, adoptó un diablillo como logotipo; la imagen que apareciarán a la derecha de estas lineas.
Quienes sucumbimos al atrayente mal de esta tecnología, estamos condenados a vivir bajo su tenebrosa influencia, atrapados y errantes, sin ánimos de conocer ni explorar otros mundos.
Vivimos cautivados por la atracción de lo maligno.
Fabio Bettiol