
Como sabéis, la operadora Finetwork está dando bastantes titulares estas últimas semanas. Vamos a revisar toda la historia de Finetwork desde su inicio hasta su posible final.
Este post está incompleto a día de hoy, se irá completando según se avecinen sucesos
- 1 🍼 El nacimiento de Wewi Mobile
- 2 Empieza el uso de marca de Finetwork
- 3 📉 Empiezan los impagos a MásMóvil
- 4 🤝 Acuerdo bestial con Vodafone: gigas, red y trato preferente
- 5 ☀️ Verano del boom: 66 GB gratis, anuncio viral y FTTH por 20,90 €
- 6 🏷️ El descontrol de la marca blanca: operadores a granel
- 7 🧯 El incendio reputacional… y cómo lo apagaron con Forocoches
- 8 🧬 La expansión con fibra: FTTH donde ni Vodafone lo daba… y sin CG-NAT real
- 9 🧠 La aventura NEBA… y el baño de realidad
- 10 🎤 De los foros al fútbol: empieza la era del patrocinio
- 11 🏗️ De OMV a operador real: compras, redes propias y la negativa a Aire Networks
- 12 🕵️♀️ El miedo más grande: Vodafone en manos de MásMóvil
- 13 🌐 Diversificar o morir: Aire Networks y el ojo puesto en MásOrange
- 14 🥊 La bofetada de Digi: 100 GB por 20 €, y la respuesta a contrarreloj
- 15 📉 El gran tropiezo técnico: adiós al 3G… sin VoLTE a la vista
- 16 🤑 Venta de la red de fibra y el pulso final: “queremos ser OMV FULL”
- 17 🧨 Llega Zegona… y Finetwork juega su última carta
- 18 🧾 Presente y futuro incierto: de deberle la vida a Vodafone… a deberle el dinero
🍼 El nacimiento de Wewi Mobile
En el año 2015 nace la mercantil Wewi Mobile S.L., con sede en Alicante) y fundada por Pascual Pérez, un empresario del sector tecnológico. Por aquel entonces, Wewi era apenas una pequeña cablera local que ofrecía fibra y móvil en algunas zonas de la provincia de Alicante y Murcia.
Durante sus primeros años, no se hacía prácticamente notar en el mercado nacional. No tenía marca comercial reconocida ni presencia publicitaria: operaba casi como una empresa de barrio, ofreciendo tarifas competitivas de voz y datos a nivel local, sin apenas escaparate digital ni ambición nacional.
Esta etapa duró varios años y no sería hasta 2018 cuando el nombre de Finetwork comenzaría a aparecer en portales especializados. Fue entonces cuando Wewi Mobile decide apostar fuerte: nace la marca comercial Finetwork, con una identidad visual bastante peculiar y enfocada al público joven, y con la idea de convertirse en una alternativa real al duopolio de Lowi y Pepephone en OMV.
Empieza el uso de marca de Finetwork
Sobre 2018 comienza el uso de la marca Finetwork como identidad comercial de Wewi Mobile. Lanzan sus primeras tarifas móviles, que si bien eran competitivas, no destacaban especialmente frente a otras OMVs del momento: no había gigas acumulables, no existían bonos llamativos ni ventajas diferenciales. Eran simplemente “otra low-cost” más en un mercado saturado de ofertas similares.
Tarifas de Finetwork en el año 2019 con cobertura Yoigo

Sin embargo, lo que sí llamó la atención en los foros y en círculos especializados fue un detalle curioso: el logotipo que usaron en sus inicios era prácticamente idéntico al de Google Fi, el operador móvil de Google en Estados Unidos.
Más sorprendente aún, registraron dicho logotipo a nivel europeo a su nombre, como si fuera una creación propia, pese a que era un diseño ya ampliamente asociado a Google.
📉 Empiezan los impagos a MásMóvil
Durante la expansión inicial de Finetwork, la relación con MásMóvil se va deteriorando. Aunque comenzaron utilizando su infraestructura para ofrecer servicios móviles y de fibra a nivel local, los costes operativos y el volumen de crecimiento empiezan a generar tensiones.
No está del todo claro si fue por problemas de liquidez, desacuerdos contractuales o una estrategia para renegociar mejores condiciones, pero lo cierto es que Finetwork comienza a acumular impagos con MásMóvil. Esta situación acaba forzando a Finetwork a romper su relación con ellos y buscar un nuevo socio mayorista, más alineado con su nueva ambición nacional. Y ahí es donde entra Vodafone.
🤝 Acuerdo bestial con Vodafone: gigas, red y trato preferente
En lo que fue una jugada que sorprendió a muchos del sector, Finetwork firma en 2019 un acuerdo mayorista exclusivo con Vodafone. Un acuerdo que, según rumores del sector, fue especialmente agresivo: acceso a la red 4G y 4G+, condiciones muy por encima de lo que tenían otros OMVs en ese momento. Esto salvó a Finetwork del abismo, migrando a todos los clientes de cobertura Yoigo a cobertura Vodafone.
Lo más llamativo fue que Finetwork se convirtió en el único OMV (sin contar a Lowi) con acceso completo al 4G de Vodafone, incluyendo prestaciones que normalmente solo tenían marcas propias. Incorporaron funciones como:
- GB acumulables mes a mes
- Transferencia de datos entre clientes (GB transfer)
- Soporte de 4G+, mejorando la velocidad efectiva para sus usuarios
Pero el verdadero golpe sobre la mesa vino con las tarifas: 30 GB por 19,90€, algo inédito en ese momento entre operadores medianos o grandes. Para hacernos una idea, en ese momento:
- Lowi ofrecía 25 GB por 19,95€
- O2 y Digi ofrecía 20 GB por 20€
- Simyo apenas llegaba a 28 GB por 17€ (sin llamadas)
- Pepephone ofrecía 23GB por 19,90€
Este salto cualitativo los posicionó como una de las OMVs más potentes del momento, logrando una diferenciación real frente a rivales como Simyo, Pepephone o Digi. Fue su momento de gloria: tarifas atractivas, prestaciones premium, y acceso privilegiado a la red de uno de los grandes.
☀️ Verano del boom: 66 GB gratis, anuncio viral y FTTH por 20,90 €
En verano de 2020, Finetwork da un paso más allá en su estrategia agresiva para conquistar el mercado low-cost. Aprovechando el acuerdo mayorista con Vodafone, logran algo que ni siquiera Lowi había ofrecido: por cada línea contratada, Vodafone les otorgaba 60 GB para regalar a sus clientes durante el verano. Y en un gesto de puro marketing competitivo para que Lowi no les canibalizara en el verano, Finetwork decidió regalar 66 GB en lugar de 60, solo para superar a Lowi por 6 GB.
Ese pequeño detalle se convirtió en una jugada maestra: campaña viral en redes, un spot en televisión con la canción “VEGGIE VEGGIE” del artista Bejo, estética urbana, ritmo pegadizo y un mensaje claro: “Finetwork, 66GB más Rich”.
El anuncio no solo caló entre jóvenes, sino que posicionó a Finetwork como una marca moderna, fresca y diferente en un mercado donde la mayoría de OMVs no invertían en publicidad de masas.

Pero no se quedaron ahí. Paralelamente, anunciaron en su web su intención de lanzar fibra FTTH a nivel nacional por tan solo 20,90 €, una tarifa que rompía por completo el mercado. En un contexto donde los grandes operadores ofrecían fibra entre 30 y 45 €, y las OMVs apenas bajaban de los 25 €, Finetwork rompía todos los esquemas con su ofensiva de captación masiva.
En apenas unos meses, la compañía duplicó su base de clientes y se hizo con el favor de cientos de pequeños operadores locales, que empezaron a revender sus servicios bajo marca blanca. Era el principio del caos.
🏷️ El descontrol de la marca blanca: operadores a granel
Impulsados por su rápido crecimiento y sus tarifas agresivas, Finetwork decide abrir su plataforma a terceros, ofreciendo un servicio mayorista de marca blanca que permite a cualquier pequeño operador local vender sus productos con condiciones muy ventajosas. El gancho era claro: acceso a la red de Vodafone con 4G+, gigas acumulables, tarifas competitivas… todo sin necesidad de inversión en infraestructura.
En poco tiempo, decenas de empresas de informática, distribuidores locales e incluso instaladores comienzan a convertirse en “operadores” bajo la capa de Finetwork. En foros y grupos privados se empieza a comentar que bastaba con “tener una SL y abrir un formulario” para empezar a ofrecer servicios móviles y de fibra bajo la red Finetwork, con contratos a comisión.
Esto genera una auténtica explosión de microoperadores revendedores, que a ojos del cliente final muchas veces ni siquiera revelaban que estaban usando la infraestructura y soporte de Finetwork. El resultado fue un ecosistema sin control centralizado:
- Altas masivas sin control de calidad
- Soporte técnico dispar según el operador
- Problemas de facturación recurrentes
- Mala gestión de portabilidades en algunos casos

Lo que en un principio fue una estrategia de expansión inteligente, se convirtió en una fuente de caos operativo. Finetwork, que ya estaba creciendo muy por encima de lo esperado, empieza a sufrir los efectos de esa expansión sin control: saturación del soporte, quejas en redes sociales y pérdida de imagen por culpa de terceros.
A pesar de ello, siguieron adelante con su siguiente apuesta: llevar la fibra a toda España, al coste más bajo posible.
🧯 El incendio reputacional… y cómo lo apagaron con Forocoches
Mientras Finetwork ganaba tracción con su agresiva estrategia comercial, empezaron a surgir sospechas en foros y comunidades online. La historia del logo clonado de Google Fi no pasó desapercibida, y muchos usuarios empezaron a preguntarse si Finetwork era realmente una operadora fiable o un chiringuito con buena imagen pero sin futuro.
En Forocoches, que sigue siendo uno de los termómetros más fiables del sector tech español, empezaron a aparecer hilos con títulos del estilo “¿Es Finetwork una estafa?”, “Cuidado con esta OMV” o “¿Quién hay detrás de Finetwork?”. Se cuestionaba su relación con Vodafone, su servicio técnico, el modelo de marca blanca y, sobre todo, su legitimidad.
Lejos de ignorarlo, Finetwork respondió con una jugada tan inesperada como efectiva: decidió acercarse directamente a la comunidad de Forocoches, en vez de intentar tapar la polémica.
Crearon una tarifa exclusiva para usuarios de Forocoches, que igualaba la oferta estrella del verano (30 GB acumulables por 19,90 €), pero con un extra:
- 88 GB gratis de verano en vez de los 66 GB estándar.
- Y una invitación gratuita para registrarse en Forocoches, que en aquel entonces seguía siendo una comunidad cerrada solo por invitación.

El resultado fue inmediato:
- Los hilos críticos dejaron de recibir respuestas.
- Muchos usuarios que antes dudaban empezaron a probar la tarifa.
- Y, lo más importante, Forocoches se convirtió en un inesperado canal de captación para Finetwork, con una comunidad que pasó del escepticismo al “boca a boca” positivo.
Con esta jugada maestra, Finetwork no solo desactivó una crisis reputacional, sino que ganó la legitimidad que le faltaba en círculos techies. Desde entonces, fue vista no solo como un OMV agresivo, sino como una empresa consolidada que sabía moverse bien en el mercado digital.
🧬 La expansión con fibra: FTTH donde ni Vodafone lo daba… y sin CG-NAT real
Con el respaldo de Vodafone, Finetwork comenzó a ofrecer conexiones de fibra, inicialmente utilizando la red de acceso de Vodafone Enabler, que abarcaba tanto HFC como FTTH. Pero aquí es donde Finetwork sorprendió a todos.
Vodafone, en zonas donde tenía despliegue HFC propio aunque también existiera FTTH (gracias a acuerdos de co-despliegue con Orange), prefería seguir instalando HFC. Sin embargo, Finetwork sí optaba por instalar FTTH directamente en esos mismos sitios, incluso aunque Vodafone, su proveedor de red, se negase a hacerlo para sus propios clientes.
Este detalle técnico marcó una gran diferencia. Usuarios que no querían HFC (por temas de latencia, estabilidad o simplemente rechazo al coaxial) encontraban en Finetwork una alternativa que daba más que el dueño de la red.
Pero ahí no acababan las sorpresas. Aunque en su web y condiciones Finetwork afirmaba usar CG-NAT en sus servicios de fibra, la realidad era que, en la mayoría de casos, asignaban una IP pública directamente al cliente, sin que hubiera que solicitarla ni pagar extra. Sin complicaciones, sin formularios ni trucos.
Para los usuarios más técnicos o exigentes —jugadores online, usuarios de VPN, NAS, cámaras IP, etc.— esto era oro puro. Una conexión directa, limpia y funcional, que muchos operadores low-cost no ofrecían ni siquiera como opción.
Finetwork no lo anunciaba, pero ^daba por defecto lo que otros cobraban como extra*. Y eso, en los foros, no pasaba desapercibido.
🧠 La aventura NEBA… y el baño de realidad
En diciembre de 2019, Finetwork firma un acuerdo con Telefónica para comercializar fibra NEBA en todo el país, lo que les permitiría llegar a zonas donde la red propia de Vodafone no llegaba. Sobre el papel, esto les convertía en un operador con cobertura casi total.
Pero la realidad fue otra.
La NEBA tiene costes ocultos:
- Tránsito IP desde los PAI (puntos de agregación)
- Router propio
- Instalación física
- Soporte técnico
- Configuración de red y provisión de servicio
Para una operadora que vivía del margen mínimo, la NEBA era una ruina. Intentaron pilotarlo ofreciendo solo paquetes convergentes (fibra + móvil), limitando la contratación de fibra sola. El despliegue técnico fue lento y selectivo.
No tardaron en asumir que montar su propia infraestructura NEBA a gran escala no era viable económicamente, y comenzaron a renegociar con Vodafone para ofrecer NEBA de forma indirecta, revendida, a través de su red de acceso. Así podían acceder a la cobertura NEBA nacional, pero sin tener que asumir todos los costes de backend, quedándose simplemente como operador comercial y de atención.
🎤 De los foros al fútbol: empieza la era del patrocinio
Con la base de clientes creciendo y una imagen renovada gracias al boca a boca (y al empujón inesperado de Forocoches), Finetwork da el salto a la publicidad tradicional a lo grande. Lo que comenzó como una OMV austera, centrada en competir por precio y gigas, empezó a coquetear con el marketing de alto nivel.
Sus primeros pasos fueron modestos: patrocinios en eventos locales, colaboraciones con artistas urbanos como Bejo, presencia en conciertos, festivales y campañas dirigidas a un público joven. Su estilo era desenfadado, con una estética moderna, mensajes directos, y un lenguaje que conectaba con la audiencia que más datos consumía: los centennials.
Pero el verdadero salto vino cuando empezaron a aparecer en vallas de estadios, equipaciones deportivas y campañas en prime time. Su gran golpe fue el patrocinio de la selección española de fútbol, firmando un acuerdo que los posicionaba en el escaparate más grande posible a nivel nacional.
Aquel movimiento sorprendió al sector. ¿Una OMV patrocinando a la Roja? Para muchos fue una señal de que Finetwork había dejado de ser un experimento para convertirse en un jugador serio. Aunque por dentro ya empezaban a notarse tensiones operativas, por fuera, Finetwork proyectaba solvencia, modernidad y ambición.
Lo que no sabían es que esa carrera por la visibilidad pública tenía un precio… y pronto empezarían a pagarlo.
🏗️ De OMV a operador real: compras, redes propias y la negativa a Aire Networks
Con la cartera de clientes creciendo y la visibilidad pública en máximos, Finetwork decide dar un paso estratégico clave: dejar de depender solo de terceros y empezar a construir su propia infraestructura. La oportunidad surge cuando comienzan a comprar pequeños operadores locales, muchos de ellos con red de fibra óptica propia, tanto en zonas urbanas como rurales.
stas adquisiciones no solo les permiten reducir costes de red en esas zonas, sino que también les aportan activos valiosos:
- Redes FTTH desplegadas (normalmente en zonas con poca competencia)
- Servicios de tránsito IP
- Acuerdos heredados con carriers como Aire Networks para backhaul o enlaces dedicados
En ese contexto, Aire Networks ve una oportunidad y se acerca a Finetwork para ofrecerles su red de fibra indirecta (bitstream) dandoles acceso a toda la red NEBA, Adamo y Onivia. Aire proponía un modelo rápido de despliegue nacional, sin necesidad de infraestructuras propias, en un modelo parecido al de otros operadores regionales.
Pero Finetwork declina la propuesta. No querían volver a depender de otro mayorista más. Su visión era clara: “Queremos tener red propia, aunque sea parcial, y control total del cliente y el servicio.”
Así, se lanzan a una carrera de compras, buscando operadores que ya tengan:
- Infraestructura desplegada
- Cobertura en zonas estratégicas sin saturación
- Clientes residenciales y empresariales con márgenes estables
Este giro estratégico los coloca en una nueva liga. Ya no eran solo un OMV con buena negociación, sino un operador híbrido que empezaba a construir su red con trozos de otras empresas. Eso sí, con todo este crecimiento… empezaban a desbordarse por dentro.
🕵️♀️ El miedo más grande: Vodafone en manos de MásMóvil
Mientras Finetwork seguía creciendo y consolidando su marca a nivel nacional, empezaron a surgir rumores que les helaron la sangre: Vodafone España podría ser vendida a MásMóvil.

Para cualquier operador esto podría ser simplemente una reconfiguración del mercado… pero para Finetwork era una auténtica pesadilla estratégica.
Recordemos:
- Finetwork había roto con MásMóvil años atrás tras problemas con impagos y condiciones contractuales duras.
- Se habían refugiado en Vodafone con un acuerdo casi a medida, que les permitió crecer como nunca antes.
- Y ahora, el fantasma de MásMóvil volvía a aparecer… esta vez con la posibilidad de convertirse en su proveedor indirecto si se materializaba la compra.
Durante ese periodo, en los círculos del sector se empezó a hablar de la fragilidad del modelo Finetwork: demasiada dependencia de un solo proveedor, contratos complejos y una red mayorista que podía desmoronarse si el equilibrio cambiaba.
Aún no había confirmación oficial, pero la amenaza estaba servida. Y en paralelo, Vodafone empezaba a mover ficha con Zegona. y MásMóvil con Orange.
🌐 Diversificar o morir: Aire Networks y el ojo puesto en MásOrange
Con el ruido de fondo cada vez más fuerte sobre la posible venta de Vodafone y la fusión entre Orange y MásMóvil, Finetwork empieza a mover ficha para no quedar atrapada entre dos gigantes. Hasta ahora, su modelo se sostenía principalmente en acuerdos mayoristas con Vodafone, con un intento frustrado de NEBA directa con Telefónica y alguna red propia adquirida mediante la compra de operadores locales.
Pero ante el miedo a una pérdida de independencia operativa, Finetwork decide diversificarse.
El primer paso fue práctico y rápido: empezar a utilizar la fibra bitstream gestionada de Aire Networks, una solución llave en mano que les permitía ofrecer cobertura en zonas donde ni Vodafone ni su red propia llegaban… sin tener que gestionar ni un solo PAI, ni provisión, ni soporte técnico. Aire se encargaba de todo, y Finetwork simplemente revendía bajo su marca, del mismo modo que hacía con Vodafone
Una solución ideal para cubrir “los huecos” sin aumentar la carga interna.
Pero lo más ambicioso vino después: empezaron a posicionarse para aprovechar los remedies (remedios regulatorios) de la fusión entre Orange y MásMóvil, una operación que debía ceder parte de la infraestructura a terceros para evitar monopolios locales.
Finetwork vio ahí su oportunidad de oro:
- Acceder a red FTTH propia o cedida por obligación regulatoria
- Desplegar una red troncal mínima viable para dejar de depender totalmente de terceros
- Y con ello, empezar a definirse no como un OMV revendedor, sino como un operador real, con red, con infraestructura, y con futuro
Ese movimiento los colocaba en una nueva liga… pero también llegaba en el peor momento posible: justo cuando el apagado del 3G y los problemas técnicos empezaban a estropear su buena imagen pública.
🥊 La bofetada de Digi: 100 GB por 20 €, y la respuesta a contrarreloj
Todo iba relativamente estable en el mundo low-cost… hasta que Digi lanza su famosa tarifa de 100 GB por 20 €. Un movimiento que dinamita el mercado de datos móviles y que, de paso, deja a todos los demás OMVs —incluido Finetwork— totalmente descolocados.
Hasta ese momento, Finetwork ofrecía unos 40 GB por ese mismo precio, una cifra que hasta entonces era competitiva y rentable. Pero Digi no solo rompe el precio por GB: lo hace con cobertura Movistar, sin letra pequeña, y con buena reputación técnica.
En menos de 24 horas, lanzan una nueva tarifa igualando la oferta de Digi: 100 GB por 19,90€, con gigas acumulables y condiciones similares. Pero esta jugada tenía un gran problema: "Ya con los 40 GB estaban en un margen ajustado, pero con 100… empezaban a perder dinero si el cliente los consumía enteros."
En el modelo mayorista de Finetwork, pagan a Vodafone por cada TB consumido por los clientes. Y ese acuerdo, diseñado para consumos moderados, no estaba preparado para esta nueva era de "barra libre de datos móviles".
Tuvieron que sentarse con Vodafone y renegociar a toda prisa una rebaja en el precio por tera consumido en el servicio mayorista. Porque si no, cada cliente intensivo suponía pérdidas directas para Finetwork.
Este episodio mostró claramente los límites del modelo low-cost basado en gigas. El juego ya no era solo captar usuarios, sino aguantar la presión de tarifas irracionales sin reventar el margen operativo. Y si algo dejó claro Digi con ese movimiento, es que podía marcar el ritmo del mercado, y los demás solo podían seguirlo… o desaparecer.
📉 El gran tropiezo técnico: adiós al 3G… sin VoLTE a la vista
Hasta entonces, Finetwork había vivido de su buena reputación técnica: tarifas rompedoras, buena cobertura móvil con Vodafone, fibra sin CG-NAT, y una experiencia que muchos consideraban incluso mejor que la del propio operador matriz. Pero todo empezó a desmoronarse cuando Vodafone España anunció el apagado progresivo de su red 3G, en línea con las políticas de eficiencia energética y espectro de toda Europa.
Y ahí vino el problema: Finetwork no tenía habilitado VoLTE para sus clientes porque Vodafone no se lo daba.
Es decir: cuando el 3G desaparecía, las llamadas se forzaban a ir por la antigua red 2G, pensada para voz en los tiempos del Nokia 3310.
¿El resultado?
- Llamadas que no entraban
- Cortes en mitad de conversaciones
- Sonido entrecortado o con retardo
- Imposibilidad de llamar y usar datos al mismo tiempo
- Móviles que tardaban 5 o más segundos en establecer una llamada
En los foros, las quejas empezaron a multiplicarse. “No me entran las llamadas”, “parece que estoy en 2007”, “me tengo que poner en la ventana para que suene el móvil”. Finetwork había pasado de ser una alternativa fiable… a tener la peor experiencia de voz del mercado nacional.
Mientras tanto, Vodafone seguía adelante con su apagado de 3G sin contemplaciones, y ni rastro de VoLTE para clientes OMV como Finetwork.
Durante meses, Finetwork guardó silencio, sin soluciones claras ni fechas. Muchos usuarios empezaron a portarse a otros OMV con VoLTE (como Digi o Pepephone), y en redes se acumulaban los comentarios de antiguos defensores convertidos en detractores.
Era la primera vez que Finetwork fallaba donde más dolía: en lo técnico.
🤑 Venta de la red de fibra y el pulso final: “queremos ser OMV FULL”
En pleno vendaval de quejas por las llamadas, con usuarios saliendo y la incertidumbre técnica por el apagado del 3G, Finetwork decide dar un golpe de timón estratégico y financiero a la vez:
"Anuncia públicamente la intención de vender su red de fibra propia."
Sí, esa misma red que habían ido construyendo a base de comprar operadores locales, la que les permitía tener algo de autonomía y reducir costes. La razón no era un cambio de modelo, sino una jugada a dos bandas:
- Ganar liquidez inmediata en un momento de alta tensión económica
- Y posicionarse para hacerse con parte de los "remedies" derivados de la fusión MásMóvil–Orange
Los remedies son activos (como clientes, espectro o red) que las autoridades obligan a vender para que una fusión no sea monopolística. Y Finetwork quería un pedazo de ese pastel.
Su objetivo era claro:
- Conseguir parte del espectro sobrante, especialmente en bandas medias (como 1800 o 2100 MHz)
- Dar el salto de OMV revendedor a OMV FULL, es decir, un operador con núcleo de red móvil propio
- Y con ello, lanzar un pulso directo a Vodafone: “si no nos cuidas, nos vamos”.
Este anuncio no pasó desapercibido en el sector. Finetwork, que había sido durante años dependiente de Vodafone, estaba ahora planteando convertirse en su competencia directa.
En teoría, ser OMV FULL les permitiría:
- Gestionar su propia señal y políticas de red
- Implementar VoLTE, VoWiFi y 5G sin esperar a terceros
- Negociar mejores acuerdos de interconexión
- Tener más margen, más poder… y menos ataduras
Pero el plan tenía dos problemas:
- Los remedies no estaban garantizados ni definidos aún
- El mercado no veía clara su solvencia para operar como FULL sin ayuda externa
- Falta de liquidez
Aún así, el mensaje estaba claro: Finetwork ya no quería ser el niño mimado de Vodafone. Quería jugar en primera división por su cuenta.
💸 La retirada silenciosa: adiós a los patrocinios por falta de liquidez
Durante sus años de mayor expansión, Finetwork invirtió millones en patrocinios: desde artistas urbanos hasta la Selección Española de Fútbol, pasando por acuerdos con clubes como el Real Betis, la Federación Española de Baloncesto, y hasta campañas con influencers en redes sociales. La marca estaba en todas partes. Era imposible ver un partido o navegar por Instagram sin tropezar con el logo blanco y fucsia.
Pero todo eso cambió con la llegada de los problemas financieros.
A partir de finales de 2023, Finetwork empezó a retirarse de muchos de esos patrocinios, y lo hizo de forma discreta… a veces incluso silenciosa. La marca dejó de aparecer en vallas, equipaciones, anuncios y redes. Algunas federaciones y clubes eliminaron el logo de sus webs sin comunicado alguno, y la empresa tampoco dio explicaciones públicas.
Lo más grave fue que algunos de sus socios comerciales se quejaron públicamente de que Finetwork no les informó previamente de que iba a dejar de pagarles. Simplemente dejaron de recibir ingresos acordados por contrato, y tuvieron que rescindir unilateralmente los acuerdos ante el impago.
Esta actitud no solo erosionó su imagen, sino que dejó tocada la confianza del sector en Finetwork como empresa fiable, incluso más allá del ámbito de las telecomunicaciones.
Lo que había sido una marca moderna, mediática y omnipresente pasó a estar ausente, arrinconada… y cada vez más cuestionada.
🧨 Llega Zegona… y Finetwork juega su última carta
En 2024, se confirma oficialmente lo que el mercado venía rumoreando: Vodafone España es adquirida por el fondo británico Zegona, una operación de gran calado que cambia por completo el panorama de las telecomunicaciones en España. Para muchos operadores, fue una incógnita. Para Finetwork, fue la última oportunidad para no venirse abajo.
Poco después del anuncio de la compra, Finetwork empieza a moverse públicamente: entrevistas, notas de prensa, filtraciones a medios… todo apuntaba a lo mismo:
“Estamos valorando cambiar de proveedor mayorista para nuestra red móvil”.
Lo dijeron en varias ocasiones. Algunos medios incluso hablaron de posibles conversaciones con Orange, Digi o incluso Telefónica. Pero la realidad era otra: no había ninguna negociación real. Todo era un farol. (como hizo Serrahima con Vodafone)
La estrategia era clara:
- Presionar a Zegona desde el primer día
- Lanzar el mensaje de que “podemos irnos” si no nos dais acceso a las tecnologías que nos faltan
- Y, sobre todo, forzar una renegociación de deuda a cambio de un compromiso a largo plazo
Porque lo que no decían en las entrevistas es que Finetwork llevaba meses acumulando impagos con Vodafone, pagoss con retrasos… Las condiciones del contrato, tan beneficiosas al principio, se habían vuelto insostenibles. Y Vodafone, ahora en manos de Zegona, tenía dos opciones: o cortar el grifo… o pactar algo para no perder un cliente que representa cientos de miles de líneas activas.
Y Zegona eligió lo segundo.
El resultado fue un acuerdo estratégico que incluía:
- Activación por fin de VoLTE, VoWiFi y acceso a la red 5G
- Condonación de parte de la deuda acumulada
- Firma de un nuevo contrato mayorista a largo plazo, más equilibrado, pero menos ventajoso que el anterior
- Finetwork se compromete a no cambiar de proveedor y a no lanzar más globos sonda
Era un respiro temporal… pero también una señal:
Finetwork estaba al límite, y ya no era el operador en expansión descontrolada. Ahora jugaba a sobrevivir.
🧾 Presente y futuro incierto: de deberle la vida a Vodafone… a deberle el dinero
Hoy, en 2025, la situación de Finetwork es tan compleja como paradójica.
Tras años de expansión meteórica, campañas agresivas, tarifas rompedoras y acuerdos a la altura de los grandes, el operador se encuentra en una encrucijada. Según se ha filtrado recientemente, Finetwork acumula una deuda millonaria con Vodafone, su principal proveedor de red y la base de todo su negocio.
La CNMC ha intervenido a petición de Vodafone, exigiendo a Finetwork que salde su deuda y cumpla las condiciones del contrato mayorista. Vodafone, ahora bajo el control de Zegona, ya no está dispuesto a seguir tolerando impagos o condiciones desequilibradas. El tiempo del "trato preferente" ha terminado.
Para intentar salvar la situación, un juzgado ha nombrado a la firma FTI & Partners como asesora para reestructurar la deuda y evitar un colapso. Mientras tanto, los usuarios siguen viendo problemas en llamadas, caídas puntuales, y rumores constantes de impago, venta o intervención.
Y lo más duro es que, a pesar de todos los movimientos tácticos, acuerdos renegociados y campañas millonarias… Finetwork sigue sin tener red propia móvil, sin núcleo de red y con una estructura financiera cogida con pinzas. Su dependencia de Vodafone, que fue su mayor fortaleza, es hoy su mayor debilidad.
La historia de Finetwork es, en el fondo, la historia de muchas startups del low-cost: crecer demasiado rápido, prometer más de lo que puedes sostener y llegar a un punto donde solo puedes mirar hacia atrás y pensar en qué momento se cruzó la línea entre el éxito… y el riesgo descontrolado.
¿Aguantará Finetwork el pulso? ¿Conseguirá un acuerdo que le permita seguir operando? ¿O pasará a ser otra marca que brilló fuerte y se apagó aún más rápido?
El tiempo lo dirá. Pero una cosa está clara: la fiesta ha terminado… y ahora llega la factura.