La Hipocresia

La primera decisión del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero cuando fue nombrado presidente en 2004 fue retirar las tropas españolas que servían en Irak. La primera del por ahora Gobierno en funciones ha sido enviar a Afganistán 36 militares, operadores de los cuatro aviones espía que les acompañan.
El Consejo de Ministros aprobó ayer el envío de este grupo de militares después de que el ministro de Defensa en funciones, José Antonio Alonso, lograra el apoyo telefónico de PP, PSOE, PNV y CiU para la misión, sin pasar por el Congreso de los Diputados tal y como preceptúa la Ley de la Defensa Nacional antes de cualquier despliegue militar. El Gobierno justifica la no comparecencia ante la Cámara Baja en la urgencia del envío de este refuerzo. Con este argumento, y amparándose en los apartados 2 y 3 del artículo 17 de la citada Ley, que establecen procedimientos de urgencia ante situaciones que requieran «respuesta rápida» o por razones de «máxima urgencia», el Gobierno obvia la obligación de pasar por el Parlamento, algo que no hará hasta el mes de abril, pese a que los aviones no tripulados llevan en España ya más de dos meses.
En España desde diciembre
Los aviones espía que reforzarán la seguridad de las tropas, y que los propios militares reclamaban como necesidad, perentoria están en manos del Ejército desde el pasado 21 de diciembre, cuando fueron entregados a una delegación del Mando de Apoyo Logístico en Israel, fabricante de los aparatos. Menos de un mes después, el 15 de enero, estos aviones no tripulados llegaban a manos del Ministerio de Defensa, según informaba Ep entonces.
El pasado 19 de febrero, el ministro de Defensa presentaba ante los medios de comunicación las aeronaves en el Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Antiaéreos, Costa y Misiles del Ejército de Tierra. Tras la presentación, el departamento de José Antonio Alonso informaba de que el titular de la cartera recabaría previamente el permiso del Parlamento en cumplimiento de la Ley.
Pero el asunto de los aviones espía viene ya desde el mes de febrero de 2007, cuando en la reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Sevilla, el Gobierno, tras negarse a incrementar el contingente desplegado o asumir nuevas misiones, se comprometió a poner sobre el teatro de operaciones los aviones no tripulados y a enviar dos equipos de adiestramiento para el ejército afgano. La intención tras este anuncio era que los nuevos medios de protección de las tropas estuvieran sobre el terreno después del verano ya que antes, como en un principio se barajó, era imposible. En un concurso «exprés», el Ejecutivo se decantó por la empresa israelí IAI para la fabricación de los aparatos, pero algunos problemas durante su construcción y el ajuste de los sistemas retrasó hasta finales de año su entrega al Ejército.
Ahora, una vez aprobado por el Consejo de Ministros, y con el beneplácito telefónico de la mayoría de los grupos parlamentarios, los 36 militares y los aviones espía partieron ayer hacia la base de Herat, en el oeste afgano, y donde se ubica la mayor parte de los 742 militares que sirven actualmente en la misión.
Hasta que se vuelva a constituir el Congreso de los Diputados y la Comisión de Defensa, en la que previsiblemente comparecerá Alonso, no todos los partidos están dispuestos al apoyo tácito al nuevo despliegue. Izquierda Unida, a través del por el momento coordinador general de la formación, Gaspar Llamazares, quiere que el ministro de Defensa en funciones comparezca en el Parlamento para dar cuenta del aumento de tropas en Afganistán. Para ello, Llamazares registró ayer en la Cámara Baja un escrito reclamando la reunión de la Diputación Permanente para que estudie y vote su solicitud de comparecencia del titular de Defensa para que explique el nuevo despliegue en territorio afgano.
Exigencias de EE UU
Llamazares denuncia «la total coincidencia» de este incremento de tropas españolas en territorio afgano con la intención del Gobierno de Estados Unidos, ya esbozada en diversos documentos, de pedir a sus aliados de la OTAN durante la cumbre que celebrarán el próximo abril de que aumenten sus esfuerzos tanto en tropas como en medios económicos en la actuación militar en Afganistán.
Mientras tanto, el relevo de las tropas españolas desplegadas al oeste de Afganistán concluyó ayer con la partida de los cien últimos militares que conforman el contingente español en el país asiático. Las tropas partieron pasadas las 16.15 horas de hoy del aeropuerto de Almería a bordo de un avión comercial en el tercero de los vuelos previstos para el relevo del mando de Canarias, cuyos efectivos han permanecido en la zona en conflicto durante los últimos cuatro meses, han informado a Efe fuentes del Ejército de Tierra.
Estos militares permanecerán en Afganistán durante toda la primavera, uno de los periodos más peligrosos en ese país, dado que los talibanes incrementan las acciones hostiles, ataques que tratarán de minimizar los aviones espía mediante el control de las zonas de patrulla.