La razón es bien sencilla. Con la compra de la cablera, la compañía roja ha superado el límite máximo -denominado spectrum caps- impuesto por el Ejecutivo a raíz de la subasta de frecuencias del verano de 2011. Los bloques de Ono estaban en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra, Murcia, La Rioja, Ceuta y Melilla. El proceso para la devolución se inició a finales del año pasado, según adelantan en Expansión.
Vodafone pidió al Ministerio de Industria, liderado por José Manuel Soria, que se modificase el requisito máximo para poder quedarse con estas frecuencias, por las que Ono pagó alrededor de 13 millones de euros en 2011. Pero Industria denegó la pretensión del operador.