Estamos llegando a límites curiosos.
En los últimos años, me he dado cuenta que por no tener cuenta en Facebook, ya cada vez me felicitan menos personas en mi cumpleaños.
Si no estás en Facebook, nadie se acuerda de los cumpleaños de nadie, no existes. Y no sé si es malo o bueno, si alguien me felicita únicamente porque una red social le ha recordado que es mi cumpleaños, mejor déjalo estar, no pasa nada.
Pero la idea es ya rizar el rizo y que sea un software el que te felicite automáticamente. Más impersonal y que denote menos interés, creo que no se puede.
Vivimos hiperconectados, bajo montañas de información de qué hace o deja de hacer este o aquel, pero no tenemos un minuto para felicitar el cumpleaños a alguien que se supone que nos importa.
Mundo.