Yo curraba en un call center de una empresa en Madrid que cerró la plataforma que tenía en BCN y tenía un compañero de catalán que era polaco. En la mayoría de call centers de España hay (o había, cuando aún se consideraba un trabajo totalmente indigno y nos menospreciaba todo el mundo a los que trabajábamos en ello por las malas experiencias vividas desde el lado del que llama) un elevado número de operadores de otros países. Muchos de ellos imitan el acento "español" tan bien que si quieren, ni te enteras de que son de otro país.
El problema no es que te atienda una persona de X país, el problema es que te atiendan en otro país y punto. Si ya aquí dejan poco margen al operador para que te resuelvan el problema que tienes (eso cuando el que llama, llama donde debe, que a veces trabajas en una empresa X y te llaman para quejarse de que no les funciona el servicio de la empresa Y que sólo se parece en el nombre o en el número, pero no tiene nada que ver contigo), cuando están fuera, no sólo pasa eso sino que además, hablas con hispanohablantes que hablan de otra manera y tienen fórmulas de cortesía totalmente molestas. Porque te dicen como si te pelotearan "no te vamos a resolver el problema" lo cual enfurece a cualquiera.
Ahora con esa maravillosa deslocalización, los cientos de curros que había aquí, mal pagados y estresantes, ya no los tenemos. Aquí cobra la empresa puestos astronómicos y los puestos de trabajo... en otro país donde cobren menos y tengan leyes menos estrictas para explotar más y mejor.
A la Báñez le diría: a todas esas empresas que deslocalizaron, ofrecerles incentivos fiscales para que vuelvan o penalizar a las que se vayan y a las que no vengan... a ver si así se genera empleo o no.