Con una diferencia, no mentían, igual que los de telefónica/movistar.
Eso sí, como viniese otra compañía, por lo menos hace años, échate a temblar que no faltasen cartas en el buzón. Iban a comisión y no tenían escrúpulos, por supuesto culpa de la subcontrata, pero vaya, en mi edificio había que tener mucho cuidado y vigilar el buzón cuando alguno de los pocos vecinos abría.
De esa época puse todo lo posible con factura electrónica, aunque por aquel entonces prefería el papel.
Santo remedio, ni un intento más y de paso cuando hubo problemas en el edificio de enfrente con los de las eléctricas, en el mío hubo algunos menos.
El edificio era sobre todo familiar, por eso nos enterábamos de todo.
El problema es no perseguir la venta a puerta fría, me tengo encontrado incluso con algún vendedor violento (seguramente drogrado) y he tenido que avisar a la policía.
Vamos, que mi experiencia es tan mala que si alguien llama, o no contesto o no abro la puerta siquiera.