La paz de ETA: ni se disuelve, ni se arrepiente ni pide perdón
Los terroristas hacen un guiño a los asesinos que han formado parte de su estructura durante estos 52 años, pero no hacen alusión alguna a sus víctimas.
Ni disolución de la organización y su estructura, ni una sola palabra de arrepentimiento por los crímenes cometidos, ni una solicitud de perdón a sus víctimas.
La organización terrorista ETA ha anunciado este jueves "el cese definitivo de su actividad armada" en un comunicado que se había anunciado entre rumores durante toda la jornada, y que se ha hecho público, como no podía ser de otro modo, en sus diarios altavoz: Gara y Berria.
Es más, la banda ha reivindicado los cincuenta años de asesinatos y terror que tiene a sus espaldas y aprovecha la ocasión para hacer un guiño a los brazos ejecutores que han formado parte de su estructura:
"La lucha de largos años ha creado esta oportunidad. No ha sido un camino fácil. La crudeza de la lucha se ha llevado a muchas compañeras y compañeros para siempre. Otros están sufriendo la cárcel o el exilio. Para ellos y ellas nuestro reconocimiento y más sentido homenaje".
Los terroristas se apoyan en la farsa de los mediadores del pasado lunes en San Sebastián para decir que se está abriendo "un nuevo tiempo político" y hacen un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir
"un nuevo proceso de negociación política que tenga como objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto, así como la superación de la confrontación armada",
es decir, un proceso de negociación que traiga consigo un proceso de autodeterminación y la amnistía para los etarras encarcelados.
ETA mantiene en todo momento las exigencias políticas de independencia y autodeterminación por las que ha asesinado durante 52 años:
"Estamos ante una oportunidad histórica para dar una solución justa y democrática al secular conflicto político". "El reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular deben prevalecer sobre la imposición",
Por último, los terroristas llaman a la sociedad vasca para que:
"se implique en este proceso de soluciones hasta construir un escenario de paz y libertad",
es decir, para que presionen a gobiernos y a los partidos democráticos para que la negociación concluya con la autodeterminación y sin vencedores ni vencidos.
Eta es, por tanto, quien está fijando el discurso sobre el fin de Eta.
Eta y solo Eta.
Suyo es el lenguaje; suyo el guión; y suya la escenografía.
El gobierno socialista les ha otorgando la prerrogativa de escenificar la liturgia de su extinción, de dignificar toda la miseria intelectual y moral que un día los llevó al asesinato masivo.
Todo esto en connivencia con un partido (PSOE) que vela por sus intereses (Los de ETA y los suyos propios) de espaldas a los españoles y a los vascos que no piensan lo mismo (que haberlos, hailos).
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