En este momento ya existe en homo-novo, un ser humano superior al antiguo homo-sapiens. El homo-novo jamás roba nada, se ducha todos los días, no lleva barba de tres días, no se droga, no es perroflauta, tiene papeles, no da por culo en un call-center, no le gusta el fútbol, no va a los toros, piensa que la música es el menos molesto de todos los ruidos, va de putas, procura escribir sin faltas de ortografía.
Hay que ampliar el espacio vital del homo-novo exterminando al homo-sapiens, así que pena de muerte a los ladrones, a todos los ladrones, desde los roba-gallinas hasta los ladrones de cuello blanco. Una sociedad no puede evolucionar mientras no se libre de sus vagos y maleantes, esos parásitos que viven a costa de la gente de bien. El 1% de la población mundial está actualmente catalogada como homo-novo, y el resto son cucarachas carentes de honestidad, son insectos perjudiciales para el bienestar de la civilización.
Hay que instaurar la pena de muerte, hay que cambiar este mundo, hay que echar a la hoguera a todas las ratas que transmiten la peste bubónica. Si Hitler levantara la cabeza, se lo follaría un ruso.