El verano pasado me apunté a la web de contactos Meetic. Pagué un mes y al caducar acepté una oferta que me hicieron, tres meses por tan solo 22 euros.
Al poco tiempo dejé de conectarme y me olvidé del tema. El 6 de enero de 2013, oh sorpresa, los reyes magos de meetic me cargaron en la tarjeta 56 euros por renovación de la suscripción otros tres meses (esta vez sin oferta claro)
Yo no había solicitado ninguna renovación, ésta se efectúa automáticamente si no invalidas una casilla de la que yo no tenía conocimiento que existiera.
Me llevó días encontrar el modo de contactar con ellos, lo que es otro claro ejemplo de la transparente política de la compañía. Cuando les reclamé, caso omiso. Yo había "aceptado" las condiciones de la suscripción.
La empresa tiene su sede en Francia, así que imposible recurrir ante organismos de consumo.
Esta ha sido mi maravillosa experiencia con Meetic.