Cómo se está cometiendo fraude para conseguir los terminales telefónicos que Jazztel oferta a sus clientes
Si por crimen perfecto se entiende aquel que se ha hecho con tal planificación y capacidad que no deja sospechas y el culpable no puede ser encontrado o queda impune, podemos decir que existe una estafa perfecta. Como la que están sufriendo algunos clientes de Jazztel.
Podríamos preguntarnos cómo es posible que se pueda engañar a la operadora, perjudicar a sus clientes, ésta lo permita y el estafador se salga con la suya. Pues así es. Desde luego que sin la colaboración necesaria de la desidia en el sistema de Atención al Cliente de Jazztel no sería posible, pero los estafadores, sobre todo si ya han trabajado o trabajan desde dentro, conocen que la mayor parte de las veces Jazztel hace caso omiso de las reclamaciones de sus clientes, trata con desconfianza sus alegaciones y no va a realizar las comprobaciones necesarias.
Existe una trama para apropiarse de terminales telefónicos ofrecidos promocionalmente por Jazztel a sus clientes y que finalmente terminan en manos de personas ajenas y con el cliente haciéndose cargo del pago del valor del teléfono.
Cómo funciona el fraude
El plan se ejecuta de la siguiente forma: Primero, una persona que comercializa los productos y promociones de Jazztel (sí, uno de esos que llama a la hora de la siesta o a cualquier hora) que está implicado en la trama, al que a partir de ahora llamaremos el comercial, dispone de un listado de datos de clientes facilitados por la compañía a los que debe ofertar e intentar vender las promociones en las que se incluye oferta de un terminal en condiciones ventajosas, gratis con compromiso de permanencia, por una cuota fija mensual durante equis meses, etc. (por ejemplo, segunda línea de teléfono móvil + iPhone a veinticuatro meses). Este individuo tiene acceso, al menos, al nombre completo del cliente y su número de teléfono, que es también el número de contrato del cliente abonado con Jazztel. Una vez llamado al cliente, ofertado el producto y rechazado por el cliente, el comercial ya dispone de los datos necesarios para tramitar una solicitud falsa.
Ese mismo día (cuanto antes mejor para ellos) el comercial u otra persona colaboradora, al que llamaremos el suplantador, con los datos identificativos del cliente de los que ya dispone, se pone en contacto con Jazztel haciéndose pasar por el cliente para contratar la oferta. A Jazztel, donde están locos por contratar, no les importa y no comprueban el número de teléfono desde el que se les contacta y que no corresponde con ninguno del cliente.
El/la operador/a que se encarga de validar la contratación, que además es grabada, pregunta al suplantador su nombre (el del cliente), dato que conoce, y se limita a ir enunciando el resto de datos del cliente que el suplantador sólo tiene que confirmar con un 'sí': ¿es su DNI tal?, -sí; ¿es su domicilio tal?, -sí; ¿es su número de teléfono tal?, -sí; ¿es su dirección de correo electrónico tal?, -sí; ¿desea contratar la promoción tal con tales condiciones?, -si. ¿Parece fácil, verdad? Y lo es. La promoción que incluye un teléfono móvil ya está contratada. Ahora sólo queda hacerse con el terminal.
Puedes escuchar la grabación de un fraude real también aquí.
Con anterioridad, el comercial o el suplantador ha modificado la dirección de correo electrónico del cliente, que sirve para acceder al portal de servicios de Jazztel, sustituyendo la real por otra inventada. De esta forma se trata de que los emails que Jazztel envía al cliente informando de la contratación del producto nunca lleguen a conocimiento del cliente y amplíe el margen de tiempo en el que el cliente desconoce el fraude cometido.
Los defraudadores saben que Jazztel utiliza siempre la empresa de transportes Seur para remitir todos sus envíos. Como se dispone de los datos del cliente, bastará contactar y concertar con Seur una modificación en la dirección de entrega del envío. La persona que finalmente lo recibe, al que podemos llamar el receptor, cumplimentará el albarán de entrega en el momento de la recepción. La mayor parte de las veces el transportista no verifica los datos personales del receptor. Y la trama ha conseguido apropiarse de un terminal telefónico nuevo y libre.
Si el cliente estafado no se da cuenta, pagará el valor del terminal en sus facturas. Si el cliente se apercibe a tiempo del fraude y anula el pedido después de que Seur haya realizado la entrega del teléfono, Jazztel intentará tramitar la devolución del terminal con el cliente pero, obviamente, este no podrá devolver algo que nunca recibió. Jazztel cargará entonces una penalización económica al cliente por el valor del terminal no devuelto.
En este último caso, si el cliente intenta reclamar, Jazztel desestimará todas sus reclamaciones en cualquier vía puesto que a la compañía le consta una grabación verificando la contratación y un albarán de entrega por parte de la empresa de transportes. La respuesta de Jazztel será que el cliente que expone que han sido falsificados sus datos y que se ha realizado un alta sin su consentimiento, "debe poner en conocimiento de las Fuerzas de Seguridad del Estado los hechos al considerar que podría tratarse de un presunto delito de suplantación y utilización indebida de los datos del abonado". El asunto para Jazztel estará zanjado y el cliente estafado.
El sistema es perfecto. Tal como está montado, ni las reclamaciones directas del cliente a la compañía a las que esta suele hacer caso omiso, las realizadas a través de las Oficinas de Consumo (Jazztel no está acogida al sistema de arbitraje voluntario en la vía de consumo, vamos, que se la suda) o a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones que no tiene capacidad para calificar hechos fraudulentos en un procedimiento administrativo, tienen ningún efecto. Además, para completar el puzle de impunidad, el importe o valor individual de lo estafado (valor del terminal, 200-300€) hace que tampoco las denuncias ante la Policía sean eficaces al no considerarse que le hecho denunciado, individualmente considerado, tenga entidad económica suficiente para una investigación a fondo que no dejaría de tener cierta complejidad.
Qué hacer para evitarlo
¿Qué puede hacer un cliente de Jazztel de forma preventiva ante este tipo de fraude? Lo que cualquier cliente de Jazztel debería hacer es solicitar a Jazztel no recibir ninguna información u oferta promocional de la operadora a través de las líneas contratadas. Para ello bastará llamar al teléfono de atención al cliente. Si la compañía cumple, esto sería un buen cortafuegos.
Si eres cliente de Jazztel y no tomas medidas, pregúntate cada vez que te llame un comercial de la operadora si hay alguien al otro lado del teléfono que está utilizando tus datos personales indebidamente. Si lo hace, posiblemente no puedas hacer nada para defenderte.