A mí me parece mucho más lamentable que un político estime que poder presumir de haber olido los sobacos a Sarkosy y a Blair va a suponer un beneficio para su carrera y un mayor bienestar de aquéllos a quien debe servir, que son los ciudadanos.
Ayer escuché en un programa de Radio 3 que Frank Sinatra usó su nombre real (Francis Albert Sinatra) sólo en una ocasión y fue en la portada del primer disco que hizo junto a Antonio Carlos Jobim. ¿La causa? Que no le gustaba que el nombre del brasileño, de tres palabras, ocupara más espacio.
Aquí es donde la Historia separa a los grandes hombres de los grandes imbéciles. No cabe duda de que Sinatra fue un excepcional artista y hasta es posible que aquí el amigo Mulas sea buen político y/o gobernante. Pero con detalles como éstos, demuestran además ser unos necios de cuidado.