El último borrador del Consejo Europeo propone que llamar desde otro país dentro de la UE tenga un sobrecoste de tan solo 0,05 euros desde Julio de 2016, pero algunos países no están muy conformes, entre ellos España.
Los países que se oponen a esta medida son los más turísticos, los que más visitantes reciben y por tanto los que más se benefician del negocio del roaming, como España, Grecia o Chipre. En cambio los más favorables son los que apenas reciben turistas y además sus ciudadanos tienen más costumbre de viajar fuera de sus fronteras, es decir, los países del norte de la UE.
Los países más perjudicados apuestan por un reparto equitativo del coste de la medida y que no sean los países del sur los que soporten la mayor parte. Mientras no se llegue a un acuerdo, parece que la cosa va para largo, ya se habla de retrasos hasta el 2018-2019.