Hoy llevé a un familiar al doctor de la Seguridad Social. Yo iba de acompañante porque este familiar tiene la cervical un poco petada y le dan mareos chungos.
Le dieron turno (cita para la gente fina) para una hora determinada, pero lo atendieron casi un par de horas después. No pasa nada porque yo no tenía prisa, y me daba la risa.
Vale, pues primero entró una tía que quitaba el hipo y el doctor se pasó 25 minutos atendiéndola. Más tarde entro otra tía, todavía más espectacular que la anterior, y el doctor se pasó más de media hora atendiéndola. Luego entró una tía vieja y fea, y tardo más en entrar que en volver a salir del despacho del doctor. Luego entró un tío y estaría, como mucho, 4 minutos en el despacho. Luego entro otra tía, aunque no tan buena como las anteriores, y el doctor se pasó con ella una media hora, más o menos, y luego le tocó el turno a mi familiar, y el doctor lo atendió sin mirarlo a la cara, solo mirando al ordenador, le recetó un saco de pastillas y a tomar por culo en menos de 8 minutos.
Si vas al médico ese y quieres que te examine de forma detallada primero te tienes que transformar en una tía de las que salen en la portada de la revista Playboy.
País.