Estos días ha vuelto la polémica sobre la implantación en España de la TDT de pago.
Tras varios años de retraso respecto al resto de Europa parecía que estos días se ponía el proyecto en marcha, y se anunció "por sorpresa en forma de discreto comunicado de prensa colgado en la web del Ministerio de Industria y de repente se esfumó"...
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Todo parece indicar que el Grupo PRISA presionó al Gobierno y el esperpento llegó a las cinco horas de aparecer el comunicado PRISA presionó y Moncloa rectificó.
La irrupción de la TDT de pago beneficia económicamente a Mediapro (La Sexta), que dispone de los derechos de emisión de muchos acontecimientos deportivos como la mayoría de los equipos de fútbol de la LIGA española, la Formuna 1, etc
Derechos comprados muy por encima de su valor de mercado (según muchos analistas) y que para que resulten medianamente rentables exigirían ingresos de pago por parte de un número muy importante de abonados.
Mediapro es una empresa endeudada en 2500 millones de €, y si no consigue emitir en TDT de pago a corto plazo (la próxima temporada) se encontraría con graves problemas de viabilidad.
Por su parte PRISA está endeudada en 5000 millones de € (a corto plazo), y la aparición de la TDT de pago sería la puntilla a un modelo de negocio caduco que el ADSL/Cable se ha encargado de rematar, y necesita tiempo para vender parte de su negocio (D+, C+) que se devaluarían aún más ante la llegada de la TDT de pago.
Sorprendentemente el culebrón continúa y Mediapro (La Sexta) desafía a Prisa y presentará la petición para emitir TDT de pago, por lo que el enfrentamiento entre las dos empresas de mass media progubernamentales va a continuar.
La futura Ley Audiovisual lleva meses sin avanzar, y por otra parte no hay ninguna especificación sobre qué aparatos serán los destinados a esa TDT de pago, ni la compatibilidad entre plataformas y sistemas de pago.
Dicho de otra forma, lo principal sería empezar por pensar en el consumidor, el que se va a comprar un receptor de TDT de pago para que no tenga que comprarse 4 ó 5 receptores, uno para cada plataforma y cada sistema de pago.
Tampoco parace que haya mucho interés en forzar a esas empresas a emitir aprovechando todas las posibilidades de la TDT (alta definición, por ejemplo).
En fín, que en este asunto estamos como en otros, atendiendo las necesidades de los lobbies de turno, improvisando, y con el consumidor como el último mono siempre relegado a lo último...