Ayer me desapareció el reloj de pulsera, pero su silueta seguía dibujada en la piel de mi muñeca (de la mano, no la hinchable) con un tono un poco más blanco por falta de sol, ya que hacía 15 años que no me había quitado de encima ese reloj para nada. Aquí, en el noroeste de África, el sol pega de lo lindo y por ende estoy algo bronceado, o sea, que al perder el reloj me di cuenta que soy más blanco de lo que pensaba, no tan blanco como un #FFFFFF, pero casi, aunque la piel que tengo expuesta al sol tiene más bien un color PapayaWhip.
Pensaba que algún pulserista me lo había robado mientras estaba en la calle, pues como está el mundo en estos momentos todo es posible, todo lleno de delincuentes foráneos y de importación, pero hoy encontré mi reloj tirado en el borde de una acera de una calle. Parece que, a pesar de "la crisis", nadie se dignó a recogerlo, así que lo pude recuperar.
Recojo el reloj y veo que tenía la correa plástica rota, y por eso se me perdió. El reloj es un Casio digital que me costó, hace unos 15 años, el equivalente a unos 5 euros. El reloj funciona perfecto, pero tiene ya el cristal un poco rayado y perdió unos adornos rojos que tenía en los laterales. La batería esta casi nueva porque se la cambié hace unos 4 años.
Hoy fui a comprar una correa para el reloj, y lo primero que me sorprendió fue el precio de los relojes. El reloj más barato que tenían a la venta costaba 25 € y el promedio del precio de los relojes expuestos en el escaparate rondaba los 90 €, no sé si será por eso de las fechas navideñas o si tal vez yo estoy desfasado en cuanto a precios de los relojes, vamos, como ZP con el precio del café.
Compré una correa nueva y la dependienta, muy amable, se ofreció a instalarme la correa en el reloj y me cobró 5 euros por la correa y supongo que incluyendo el trabajo de la instalación, o sea, QUE LA CORREA DE PLÁSTICO ME COSTÓ LO MISMO QUE EL RELOJ. Yo hubiese preferido instalar yo mismo la correa, pero ya que la chica insistió tanto pues bueno. Regreso a casa y mientras estaba almorzando notaba un olor muy raro, como a meados de perro secados por el sol y vueltos a hidratar por la lluvia, un olor a meado agrio. "Joder, que raro huela la sopa", me dije. Hace un rato, mientras estaba enviando unos correos electrónicos con el ordenador me vuelve a dar olor a meados. Empece a investigar oliéndome la camisa, las manos, y resulta que el olor a meados podridos emana de LA CORREA PLÁSTICA DEL RELOJ, un olor vomitivo.
Bueno, tiré la correa a la basura, me lavé bien la muñeca (de la mano) hasta con alcohol, y ahora, en lugar de un reloj de pulsera, tengo un reloj de bolsillo.
¿Qué pasa con algunos productos que ponen a la venta en este país? Hace un tiempo también me paso algo similar, pero con una cartera, que apestaba a rayos y truenos. Imagino que esa correa plástica será fabricada en China y que aquí la importan sin pasar por algún control de calidad e higiene. No sé si esas correas son malas para la salud, pero por el olor que tienen servirían para ahuyentar a las ratas.
Antes, hace 15 años, te comprabas un reloj por 5 euros, pero ahora te cobran 5 euros por la correa y encima te la venden apestando, o sea, el mundo está involucionando.
Sí, ya sé que hay correas de cuero para pijos y todo eso, pero yo no voy a estar por ahí haciendo ostentación de riqueza mientras hay gente que se está muriendo de hambre, no me parece ético, como esa gente que entra en el bar meneando las llaves del coche para que todo el mundo sepa que tienen coche, o esos que sacan el teléfono móvil de última generación para aparentar que son ricos, etc.
Debería estar prohibida la venta de esas correas apestosas. A ver si el nuevo presidente hace algo para mejorar la situación en lo que a la calidad de los productos de consumo se refiere, o sea, que si alguien tiene la cara dura de venderte una correa apestosa, zas, pena de muerte.