El Consejo de la Unión Europea ha aprobado una directiva para facilitar el despliegue de redes de banda ancha en nuevos edificios. En ella se recoge el derecho de cualquier red de distribución de agua, alcantarillado, gas o electricidad a ofrecer su infraestructura a los operadores de telecomunicaciones. Para estos últimos además será una obligación. Toda la información de infraestructuras disponibles tendrá que introducirse en un registro centralizado.
A partir del 2017, los nuevos edificios deberán estar "preparados para la alta velocidad". No queda claro si este requerimiento se refiere solo al interior del edificio o también a la obligación de traer hasta el la red de distribución. Estos edificios podrán recibir una etiqueta que los identifique como "broadband ready".
Los estados miembros tendrán ahora que adaptar su legislación nacional a las nueva directiva europea.