Por abundar un poco en lo dicho lo que está ocurriendo en la España tercermundista es que las operadoras campan a su arbitrio y gusto y modo.
No solamente han embolsado capitales con las últimas crisis, sino que además se disponen a arrinconar a los usuarios que mantengan una tarifa prepago clásica ( aquella que ahora estos fascinerosos llaman de pago por uso, porque han sustituido en todas partes para robar mejor la palabra prepago por la de pago mensual adelantado de una cuota. )
El negocete está servido y apoyado por las instituciones . Por políticos por supuesto. Y por la secretaría de estado de telecomunicaciones.
Y es que estas empresas mezquinas cobran hasta por respirar.
Los atracos a golpe de ley amañada son sistemáticos y ahora se disponen a asestar el golpe final.
Para estas empresas rateras la desaparición o disminución de las líneas fijas (aquellas que nunca fueron de prepago inicial, sino sujetas a un contrato de pago periódico con una cuota de mantenimiento de las infraestructuras) han disparado su codicia para imponer la obligación de domiciliar o de ejecutar recargas mensuales.
El usuario ante estos abusos es condicionado a otras parcelas seleccionadas por las operadoras. Así cada vez menos usuarios disponen de la clásica tarjeta de recarga para llamadas orales. Y se impone a través de webs y de publicidad a mansalva las tarifas periódicas mixtas de voz y datos.
"El pago por uso de la red" es severamente penalizado por estas operadoras explotadoras porque lo que se trata en llevarse un porcentaje de cada hogar de la forma que sea.
Las tarifas que fomentan el consumismo están al uso. Las leyes cuando salen aplauden el comportamiento de estas empresas y su importancia en el tejido económico en el avance social.
Si vas a un vendedor de telefonía le costará acordarse de cualquier tipo de contratación de los "abolidos" por las operadoras.
Y es que aunque estaba muy bien cobrar en adelanto el servicio , es mucho mejor imponer combinados de precios "ventajosos" : internet, TV a la carta, mensajes de vídeo, llamada orales de toda la vida en último lugar.
La lógica del sistema no apoya al servicio de comunicaciones como un elemento necesario para la comunicación. Lo apoya desde el criterio capitalista a ultranza de todo por la pasta.