Si hace pocos días se conocía la noticia de la modificación de la ley de mercados digitales para obligar a la compatibilidad de las app de mensajería entre si, esta vez la Comisión Europea ha presentado un paquete de medidas dirigido a terminar con el consumo por el consumo, con el usar y tirar.
Pretenden hacerlo, según se desprende de la noticia publicada por el diario La Razón, mediante la información al usuario, en la etiqueta del producto (al igual que la clase energética) de si hay piezas disponibles y de si su reparación es sencilla. La nueva norma quiere extenderse a más productos, y no solo limitarse a electrodomésticos, focalizándose, sobre todo, en productos electrónicos.
«La propuesta traerá grandes cambios en la manera en la que consumimos y producimos en la UE, pero también a nivel global», ha asegurado el vicepresidente ejecutivo Frans Timmermans en rueda de prensa.
La CE ha creado un grupo de trabajo dedicado a establecer cuáles serán esos bienes, la norma, eso si, no se aplicará a productos como alimentos ni medicinas, pero sí al acero. Desde Bruselas se pretende, también, endurecer la norma en dos de los sectores más contaminantes, la moda y la construcción, en el caso de la primera, piden a las marcas que saquen menos colecciones cada año (piden, recalco) y quieren que éstas informen de servicios de costura, arreglos y recogida de prendas usadas, negociando, con los estados miembros, que estas actividades puedan tener una fiscalidad más laxa. La CE quiere también poner como requisito que las prendas no liberen microplásticos e impulsar el uso de fibras recicladas y sustancias respetuosas con el medio ambiente. Respecto a la construcción, Bruselas quiere que los materiales sean más duraderos, reparables y reciclables. En definitiva, desde las instituciones de la UE parecen decididos a acabar con la obsolescencia programada que supuso como norma general el remedio al crack del 29.
Como punto final, también quieren prohibir las campañas de "greenwashing" para que las marcas no puedan lavar su imagen de cara al público cuando realmente no cumplen estos estándares de respeto al medio ambiente.