Casi todos los días paso delante de la central telefónica de Aranjuez y siempre me topo con este bar, cerrado hace tiempo.
La central telefónica no tiene nada reseñable, es igualita que una de Toledo. Por ejemplo, se parecen por fuera, una o dos plantas, ventanas grandes, poca luz por dentro, parece una biblioteca. Y nunca se ve nadie entrando ni saliendo de ahí.
Provoca nostalgia.