Llevo desde mayo de 2010 de inquilino en este piso. Hasta ese momento, había estado más o menos un año vacío. Y antes, lo habían ocupado un grupo de hombres, extranjeros creo recordar. A no ser que a uno de ellos le hicieran una buena putada sus padres al bautizarlo, "Josefina" debía de ser una inquilina anterior. Vamos, casi de tiempos pre-crisis.
¿Y quién es la tal Josefina? Pues la destinataria de una carta de Orange que llega todos los putos meses a mi buzón. Claro está que no he abierto ninguna, pero algunas tenían un buen grosor. Así que el impago ha debido de ser gordo.
Se las he devuelto. Se las he devuelto, marcando un cuadradito de "DESCONOCIDO" (he tenido que dibujarlo yo, porque los sobres de Orange no lo llevan by default). Se las he devuelto, escribiendo a Rotring 850 "YA NO VIVE AQUÍ". Se las he devuelto, poniendo una canción a colores y en tres idiomas.
Y como si nada. Hoy, al volver del curro, como siempre sin tarjeta, me han mandado un ramito de violetas... digooooooooo, cartita de Orange para Josefina. Y estas son las cosas por las que paso de contratar nada con ellos, aunque tenga la opción y me salga barato. Con semejante desastre organizativo en la gestión, ¿qué pasará cuando tenga algún problema o quiera hacer algo sencillo como un cambio de tarifa o de domicilio?
Mientras tanto, los voy a denunciar a Greenpeace por despilfarro de papel.